LONDRES -- Otra de Thibaut Courtois para aliviar los problemas del Real Madrid. Otra atajada para evitar una complicación, un contratiempo y un posible incendio. Courtois paró el 1-0 a Marc Cucurella, se besó el escudo y se rio de los insultos de la afición de Stamford Bridge, ésa que una vez le coreó y que ahora no le puede ni ver.
Porque Courtois no salió bien del Chelsea, al que dejó tirado en el sentir de la afición inglesa, y al que castigó este martes con una parada que suprimió el primer tanto de los Blues y apelmazó la actuación blanca.
El odio que le tiene la parroquia del Bridge se notó ya desde antes del silbatazo inicial, cuando su nombre, en la megafonía fue el más abucheado. Mientras Antonio Rudiger y Eden Hazard son bien recibidos por parte de los azules, a Courtois no le aguantan. Por su marcha al Madrid, por su bajo estado de forma en los meses finales y, sobre todo, porque en sus guantes residen parte de los argumentos que han eliminado al Chelsea de las dos últimas Copas de Europa.
El punto álgido de esta relación de odio-odio llegó antes del descanso, cuando Courtois, a la desesperada paró el 1-0 de un titubeante Marc Cucurella, otro de los grandes culpables de que este Chelsea no haya tenido más oportunidades de pasar. Bloqueó un disparo a bocajarro del lateral y recibió la felicitación de cada uno de los jugadores de campo del Madrid. No así de la afición inglesa, que le abucheó y se rió de él cuando, tras el pitido de la primera parte, fue a por su toalla y su botella.
Courtois, lejos de pasar del tema, les miró, sonrió y se besó el escudo del Real Madrid. Mientras caminaba al vestuario y jugaba con la botella, aún esbozaba una sonrisa. Lucas Vázquez, con un choque de manos, terminó la ronda de felicitaciones y dejó al aficionado del Chelsea derrumbado en la butaca.
Su equipo se evaporaba de la competición y su rival más odiado era el héroe. Una noche muy dura de digerir para el Chelsea, que tendrá que comerse la rabia hacia su ex jugador y tomar el túnel de salida de la Champions. Un año más, contra el Real Madrid. Otra vez, con Courtois como protagonista.