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La revolución táctica de Guardiola en Manchester City que se puede coronar con la Champions más deseada

El nuevo sistema de Guardiola en Manchester City podría ser lo que necesitaba para cumplir el sueño de conquistar la Champions League AP

Pep Guardiola ganó dos veces la UEFA Champions League como entrenador. Las dos con Barcelona y con Lionel Messi, hace más de una década. Para el actual DT de Manchester City hay algo de falso, de falta de mérito en aquellas conquistas. Debe sentir como si no valiera ganar cuando tenés de tu lado al mejor del mundo. Como si el argentino hubiera ganado pese a él. Como si jugar con Messi fuera hacer trampa.

Barcelona y Messi volvieron a ser campeones de la Champions League, unos años después, ya sin Guardiola. Pero Pep todavía no logró reencontrarse con la Copa de Europa. Desde que dejó el equipo catalán lo intentó sin éxito en equipos poderosos de una punta a la otra de Europa. Una y otra vez, armó equipos maravillosos que lo ganaron todo menos esto. Esta temporada, parece diferente. Ya estuvo en la final hace uno años pero nunca, como ahora, se siente tan cerca de conseguirlo. Esta final 2023, en Estambul, que se verá en vivo por Star+, puede darle a Manchester City de los emires, y sobre todo a Guardiola, la Champions que tanto desean.

Guardiola, el Manchester City y una revolución táctica en tres actos

En esta temporada 2022-23, Manchester City parece destinado a hacer historia. Ganó la Premier League por tercera temporada consecutiva, está en la final de FA Cup ante el United, su clásico rival, y regresa a la definición de la Champions League, donde es claro favorito ante Inter. Lo consiguió, como siempre, con una billetera abultada para hacer fichajes rutilantes y, sobre todo, con un Guardiola dispuesto a cambiarlo todo en busca de la perfección táctica.

Como pocas veces, este equipo de Guardiola, es un combinado de once números 5. Una selección de medios que cumplen diversas funciones en la cancha, desde atajar a hacer goles, pero siempre con el espíritu puesto en encontrar la mejor línea de pase. Mentalidad de interior. Este Manchester City modelo 2023 parece ser la versión absoluta de Pep. Expresa la idea futbolística de El Filósofo Pep mejor que cualquier otro. Tras una temporada de transformación, el City está a punto de ganarlo todo gracias a una nueva revolución táctica de Guardiola.

Erling Halaand, el punto de partida habitual

Manchester City comenzó la temporada en junio de 2022 como lo hace siempre desde que es propiedad de un jeque emiratí y está Guardiola a cargo: reteniendo a sus figuras y gastando millones en los mejores refuerzos del mundo. Compró al futuro 5 de Inglaterra, Kalvin Phillips, para tenerlo de relevo. Fichó al delantero sudamericano más completo, Julián Álvarez, antes de que sea figura y campeón con Argentina en Qatar (punto para los scouts, ahí), para que juegue algunos minutos. Sumó un central multifunción como Manuel Akanji y, sobre todo, pagó lo necesario para quedarse con el goleador del momento, el noruego Erling Halaand.

Con Halaand, Guardiola sumó a la preciosa maquinaria de Manchester City el golpe final que siempre pareció faltarle. El androide del gol llegó para convertir todas las situaciones que el City genera desde años. La cuestión, que se planteó desde el principio, es si el noruego, acostumbrado a un fútbol directo, iba a poder adaptarse al juego asociado de los ingleses. "Lo que pase en el futuro no lo sé. Tengo la sensación de que entiende mejor lo que queremos", supo decir Pep de Halaand tras unos pocos entrenamientos.

El tiempo le dio la razón a Guardiola. Si Halaand podía hacer muchos goles en contextos más complejos, en la ofensiva de Noruega o en el ataca veloz del Dortmund, estaba claro que podía hacer muchos más en el City. En lo que va de la temporada ya tiene más de 50 goles, y acumula más tantos que partidos. Halaand no sólo se adaptó al Manchester City sino que Guardiola se encargó de que ambos se potenciaran. La llegada del noruego le permitió al equipo inglés sumar herramientas ofensivas. La sola presencia de Erling obliga al City a no entrenerse demasiado con la pelota, lo volvió una versión más directa de si mismo. Además, Pep aprovechó el deseo de Halaand de ser un futbolista más completo, algo más que una máquina de goles. "En el movimiento y en el juego en sí puede mejorar. Tengo la sensación de que tiene ganas de mejorar como futbolista. Puede hacerlo", dijo Pep.

Las transformación no fue sencilla, llevó unos meses para que las piezas encajen pero, cuando finalmente lo hicieron, Halaand y el Manchester City se mostraron ideales, uno para otro. "Muchas veces, al principio de la temporada, hizo un movimiento entre los defensas centrales pero no le pasamos el balón porque no estábamos acostumbrada a ese tipo de pases", recuerda Pep. Cuando el 9 comenzó a entenderse con De Bruyne, con Rodri, con Gundogan y con Grealish, todo fluyó. Entonces, Manchester City se mostró más completo. Halaand pudo lucir su buen olfato para el pase y para moverse entre líneas. El City fue menos previsible que en el pasado. Ahora, también, puede jugar directo o de contra. El equipo de Pep se volvió un poco más total. "Tenemos la sensación de que cada partido Erling va a marcar un gol pero no se trata sólo de eso... nos da muchas, muchas cosas. Participa en el pressing, en nuestro ritmo defensivo, en nuestros balones largos. Nos da un plus que quizás antes no teníamos", resume Guardiola sobre Halaand.

Joao Cancelo y el fútbol sin laterales

Sin Halaand no se puede pero con Halaand no alcanza. Para fines de 2022, cuando el Mundial de Qatar 2022 interrumpió la temporada, Manchester City con Halaand en punta parecía un gran equipo pero no mucho más. En la Premier corría detrás de Arsenal y en la Champions era favorito por el peso de su obligación. Jugaba bien, como siempre, pero no estaba claro si tenía lo necesario para ganarlo todo. A Guardiola algo no lo convencía, y lo expresó ante la prensa. Esperaba todavía mucho más de sus jugadores.

En el primer partido en serio de esta temporada, la derrota 1-3 ante Liverpool en la Community Shield, Manchester City mostró la disposición habitual de la campaña anterior con Halaand con referencia ofensiva. El 4-3-3 con laterales invertidos para sumarse al medio seguía siendo la regla. El último partido de ese semestre, antes del Mundial, el 1-2 ante Brentford en noviembre, mostró la misma disposición pero algunos nombres que serían muy importante, como el de John Stones en la defensa. El otro nombre que explica ese momento decisivo para este Manchester City, a mitad de temporada, es el del portugués Joao Cancelo. El lateral, clave en temporadas previas, jugó ante Brentford su último partido con el City. Tras el Mundial se fue cedido a Bayern y, ahora volverá para ser traspasado. Se habló mucho de peleas con Guardiola pero Pep explicó su salida desde lo táctico.

"Después del Mundial hicimos una pretemporada y decidí jugar con algunos conceptos distintos. Me gustó lo que vi y decidí dar minutos a otros jugadores", afirmó Guardiola para decidir ponerle punto final a esa cosa demodé de jugar con laterales. Mientras en Qatar se lucían los mejores del mundo, en su laboratorio, Pep ya pensaba una táctica del futuro basada en el pasado. Esos conceptos con los que estuvo jugando Guardiola en el City, durante el parate por el Mundial, están basados en una táctica clásica: la WM. El sistema, de origen inglés hace un siglo pero recuperado por la escuela holandesa que crió a Pep en Barcelona, propone un juego de triángulos en toda la cancha. Es un dibujo ideal para someter al rival pasando la pelota y ocupando todos los espacios del campo.

Guardiola tomó ese esquema clásico y lo remixó. Lo adaptó a las necesidades de su equipo y a las capacidades de sus jugadores. Entendió que ya no tenía sentido usar dos jugadores en cada banda, que era suficiente con el esfuerzo ofensivo y defensivo de su wines, Grealish y Bernardo, o Mahrez, y que podía prescindir del todo de los laterales, algo que inició hace unos años cuando comenzó a sumarlos como interiores. Era más sencillo, entendió, formar a cuatro zagueros rápidos y habilidosos en la última línea para defender y que luego, en fase ofensiva, uno de ellos se sume al medio para armar un cuadro que le diera superioridad y estabilidad al equipo.

No era un plan nuevo, ni siquiera para Guardiola. En realidad, ya venía pensando en esto desde, por lo menos, 2018. Hace cinco años, como ahora, Pep necesitaba que un jugador diera, literalmente, un paso al frente. El sabía quién era pero necesitaba convencerlo.

John Stones, el último ladrillo en la pared

Guardiola parece haber encontrado la solución a todos los problemas de Manchester City, la pieza que faltaba, en el momento más importante de la temporada. Y la encontró en el jugador menos pensado, al menos, fuera de la cabeza pelada del propio Pep. Si este año Manchester City lo gana todo, como parece dispuesto a hacer, no se lo va deber a Halaand, a De Bruyne o a Gundogan. A ellos también, está claro, pero será responsabilidad, sobre todo, de John Stones, un central al que nadie quería.

Hace cinco años, Stones era el jugador más cuestionado del City. "John Stones tiene unas pelotas enormes", empezó diciendo Guardiola, en un inglés rústico, cuando la prensa le preguntó por el rendimiento del central. "Estoy encantado de tener a John, con todos su errores. No es fácil ser defensor central con este entrenador. Con otros es fácil, cabeza alta, pelotazo y pelotazo. Acá tiene que defender a 40 metros del arco y armar juego. No es fácil", agregó.

Guardiola ya veía algo en Stones que no todos podíamos ver. Para la mayoría era un buen central que se destacaba en Barnsley y en Everton con ese juego sencillo que describe Guardiola. La exigencia del City, muchas veces, parecía quedarle grande. Pero ya en ese lejano 2018, Pep tenía grandes planes para el zaguero inglés. Lo contó en una charla con exjugadores reconvertidos en periodistas de la TV inglesa. "Por la calidad que tiene, la personalidad, es alto, creo que puede jugar ahí. Pero no sé porque todavía no lo probé", dijo el catalán sobre poner a Stones en el medio. Guardiola probó ese sistema, y Stones en esa posición, ese mismo 2018 pero abandonó el experimento poco después. La idea, sin embargo, quedó dando vueltas en su mente. Quizás, le tomó algo de tiempo convencer al jugador de que podía ser algo complentamente diferente de lo que todos decían de él.

"Es una gran curva de aprendizaje para mí. Siempre estoy aprendiendo y tratando de mejorar. No me sale de forma natural cuando estoy en el medio, pero estoy dispuesto a seguir intentando mejorar y leer el juego y aportar mis cualidades y habilidades al equipo", afirma Stone sobre su nuevo puesto en Manchester City. Para Guardiola esa ha sido otra marca de su carrera como entrenador. Además de ganar títulos y armar buenos equipos, evolucionados tácticamente, siempre se destacó por reconvertir a futbolistas en puestos para los que se suponía no estaban capacitados. Lo hizo en Barcelona, cuando Henry se transformó en extremo o cuando Messi deslumbró como falso nuevo. Lo hizo en Bayern, llevando a Lahm del lateral al centro del campo. Y lo hizo ahora de nuevo, en Manchester City con Stones. Esta es, probablemente, la más radical de sus mutaciones. Y, quizás, la que lo haga más feliz.

"Estamos en la misma línea que Pep y creemos en él, en sus ideas y en sus sistemas", agrega Stones. Sin esa confianza colectiva nada de todo esto sería posible. Convencer es un atributo poco reconocido a Guardiola. Este nuevo diseño de Manchester City significó una auténtica revolución táctica. Y esa revolución no habría sucedido sin que el central asuma ese rol. Otra vez, su personalidad y sus pelotas.

El nuevo diseño del Manchester City es revolucionario por varios motivos. Por una lado, rompe el ya gastado 4-3-3 con laterales ofensivos. Por otro, le da a un equipo como el de Guardiola un funcionamiento más equilibrado y lo protege de las contras que tanto lo dañaban antes. Stones, como zaguero central que se suma a la línea media le permite formar un cuadrado, con Rodri en la base y Gundo y De Bruyne arriba, que le da superioridad automática ante casi cualquier dibujo rival.

Sobre todo, el nuevo esquema de Guardiola en Manchester City es revolucionario porque llega para ser un diferencial en el momento decisivo de la temporada. En los meses en los que un equipo como el inglés se juega, mano a mano ante los otros grandes, todos los títulos. Tener este as bajo la manga le permitió al City superar a potencias como Bayern y Real Madrid, el que lo eliminó hace un año, en el camino rumbo a la final de la Champions. "El entrenador tiene muchas buenas ideas que intenta transmitirnos a los jugadores y nosotros intentamos adaptarnos. En los últimos meses o semanas, cuanto más he jugado en ese puesto, más cómodo me he sentido personalmente, sabiendo lo que se espera de mí y aprendiendo la posición", cuenta Stones. Este nuevo dibujo de Guardiola es revolucionario porque es sorpresivo y porque es oportuno.

Cuando todos mirábamos a Halaand, al 4-3-3 de laterales invertidos, al Mundial de Qatar, Guardiola movió las manos y lo cambió todo. Como en un truco de magia. Un cambio tan inesperado que la TV, tras varias semanas intentando combinaciones diferentes, recién en los últimos partidos acertó al ubicar a Stones en el medio del campo. Pep revolucionó el fútbol, otra vez. Ahora con Stones, con un dibujo centenario y remixado. Algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul, dice el refrán popular. El viejo tiki taka, con un nuevo Stones, una táctica reversionada y el color del Manchester City pueden darle a Guardiola, en este 2023, todo lo que lleva buscando por años. Una Champions por mérito propio, por convencimiento y por buen fútbol.