Pocas veces en su historia moderna un partido de ida de octavos de final de la UEFA Champions League fue tan trascendente para Barcelona. El 'Mundo Barça' palpita el choque del miércoles 21 de febrero en Italia ante Napoli con una mezcla de angustia y desencanto.
Xavi, ídolo de la institución, anunció hace ya tiempo que abandona al Blaugrana al final de esta temporada, pero a mitad de camino su equipo se quedó afuera de manera prematura de la Copa del Rey, perdió con Real Madrid la Supercopa y, siendo realistas, solamente un milagro podría hacer que conquistara LaLiga en la que está a 10 puntos del líder, justamente el Merengue.
De esa forma, el exvolante creativo devenido en entrenador corre riesgo de despedirse de 'su casa' con una 2023-2024 no solamente en blanco, sino que sin siquiera pelear competencia alguna hasta los tramos finales.
Ocurre algo impensado para el club donde brilló Lionel Messi hasta hace poco tiempo y donde Pep Guardiola se transformó en uno de los entrenadores más influyentes de la historia del fútbol: no es candidato.
El fútbol es el más imprevisible de los deportes y todo puede ocurrir. Pero si se analiza su rendimiento de los últimos tiempos, el Barça no es favorito. Ni siquiera a llegar a instancias decisivas en el certamen continental.
El equipo está a años luz de lo que fue. Ya hasta cuesta recordar que la temporada pasada fue campeón de LaLiga y la Supercopa, con prácticamente los mismos intérpretes.
La defensa perdió solidez, el mediocampo creatividad y hasta su máxima figura, el polaco Robert Lewandowski, resignó brillo.
Por algo el encuentro que disputará en Napoles el próximo 21 de febrero con transmisión en vivo por Star+ (solo para Sudamérica) es observado con tanta atención por jugadores, dirigentes y, sobre todo, hinchas.