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La noche de Raphinha; la pesadilla de Mbappé

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Herculez Gomez: "Xavi se comió tácticamente a Luis Enrique" (2:33)

Contundentes palabras del especialita de ESPN FC, tras la victoria del Barcelona sobre PSG. (2:33)

Raphinha apareció en el Parque de los Príncipes cuando el Barcelona más lo necesitaba; Mbappé le quedó a deber a los suyos.

PARÍS -- Avisó en la previa Kylian Mbappé que era una noche en la que no se iba a esconder, amenazante para un Barcelona que parecía acudir a París como un cordero presto a su sacrificio. Y la noche de Mbappé se convirtió en la fiesta de Raphinha, bigoleador en su mejor actuación europea desde que llegó al Barça, que pudo aún marcar dos goles más y que liberado en ataque, listo al desmarque y excelente en la combinación y el remate, lideró sin darse cuenta a un Barça que asaltó el Parque de los Príncipes como no pudo casi nadie sospechar.

Rapinha tuvo la primera a los cinco minutos, pero su control demasiado largo en el intento de regate le dio tiempo a Donnarumma en su salida a evitar el 0-1 a los cinco minutos. A los 20, tuvo otra buena ocasión y a la tercera, pasada la media hora, ya no falló, aprovechando el mal rechace del meta italiano tras una excelsa jugada entre Lewandowski y Lamine Yamal.

Volvió a aparecer cuando más lo necesitaba el Barça y Xavi, con el 2-1 y encontrando el lugar oportuno para rematar la magnífica asistencia del canario para igualar. Y se marchó, entre aplausos de los hinchas azulgranas presentes en la grada del Parque de los Príncipes.

MBAPPÉ, DESAPARECIDO Si lo prometido es deuda, dicen, Mbappé ha quedado a deber a los suyos. Falta el partido de vuelta y está en el recuerdo su visita al Camp Nou en 2021, donde anotó tres goles para destrozar al último Barça de Messi. Pero, de momento, el crack francés se quedó en suspenso. Aturdido y superado por una defensa del Barça que con mención especial a Koundé le aburrió.

Y donde no llegó el defensa galo lo hizo Araújo, prestó en las ayudas durante la primera parte. O Cubarsí después, vestido de Puyol y Piqué dependiendo la necesidad del Barça en un momento determinado. Entre unos y otros Mbappé acabó aburrido o, peor aún, sin etiqueta.

Cada vez que tenía, alcanzaba o controlaba el balón se suponía un peligro inminente. Y nada de ello acabó sucediendo.