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Real Madrid vs. Dortmund: dos modelos económicos que chocan en la final de la Champions

Real Madrid y Borussia Dortmund definirán una final impensada de UEFA Champions League este sábado en Wembley desde las 16:00 (ARG/URU), 15:00 (CHI) y 14:00 (COL/ECU/PER). El partido, que se podrá ver en vivo por Star+ (solo para Sudamérica), además de definir al campeón, enfrenta a dos modelos de negocios. Dos polos que, casualmente, se retroalimentan.

El caso Jude Bellingham es emblemático para graficar esta diferencia. Pero no hablamos solo de eso. Es que el Dortmund no es un club humilde ni mucho menos, pero tiene menos posibilidades económicas de competir en Europa. Y más contra un club como el Real Madrid, que es una marca posicionada a nivel mundial y tiene otra escala de ingresos y gastos. Según el sitio Transfermarkt, el plantel blanco vale un poco más que el doble que el de los aurinegros. Pero hay una explicación más compleja al respecto.

Una final de Champions entre un Dortmund vendedor y un Madrid comprador

Todo comenzó en 2005, cuando el equipo alemán estaba a punto de declararse en bancarrota. La cosa parecía funcionar: Dortmund venía de ser campeón de Bundesliga y subcampeón de la Copa de la UEFA en 2002. Pero los números lo delataban: el modelo económico del club era insustentable y había que hacer cambios. Una institución, además, que tiene la particularidad de ser el único en Alemania que cotiza en la bolsa de valores (desde los 2000). Por lo que debió elaborar un plan de saneamiento acordado con accionistas y socios para subsistir.

Eso lo limita en el manejo financiero, porque es premiado o castigado por sus accionistas. Con el pase a la final de la Champions de este año, por ejemplo, la acción trepó un 12,74% y acumula un 13,97% anual. Pero en el global, desde su salida al mercado alemán, la caída es de casi el 57%. Una idea que todavía no levanta el vuelo que necesita un club como el Dortmund para recibir ingresos frescos y genuinos en pos de aumentar su competitividad.

En este contexto, a comienzo de siglo, Dortmund desarrolló una política institucional de promoción de juveniles. Al mismo tiempo, empezó a hacer un trabajo de ojeo regional para convertirse en un banco de pruebas para el fútbol europeo. Si un jugador rinde en el Dortmund no solo atrae ojos de los grandes peces del fútbol sino que tiene un sello de garantía: está listo para el fútbol de élite.

Así, Dortmund comenzó a hacer caja. Promovió juveniles o compró promesas que luego explotaron y pegaron el salto, beneficiando a potencias europeas como el Real Madrid. El caso de Bellingham es claro: un volante inglés que debutó con apenas 16 años en el Birmingham y, poco después, dio qué hablar en el Championship, la Segunda inglesa. El jugador era tan poco conocido que la prensa local ni siquiera lo llamaba por su nombre. Llamó la atención de varios clubes, pero ¿quién apostó por él? El Dortmund, claro. Pagaron 11 millones de euros que terminaron siendo 30 por objetivos.

Tres años después, tras destacar en Alemania, con goles y asistencias para el Dortmund, el Madrid adquirió su pase por 103 millones de euros y se quedó con un jugador que, probablemente, marque una época en el Merengue.

Para el Dortmund fue una exorbitante ganancia a nivel económico que puede verse opacada por lo que haga Bellingham ante su exequipo en la final. Pero lo cierto es que es el ciclo natural del jugador que pasa por el Dortmund; explotar en el club, irse a uno más grande y probablemente no volver. Así los alemanes vieron pasar por sus filas en los últimos años a pesos pesados como Ousmane Dembélé (PSG), Christian Pulisic (Milan), Pierre-Emerick Aubameyang (Marsella), Erling Haaland (Manchester City), Henrikh Mkhitaryan (Inter), Mario Götze (Eintracht Frankfurt) y Achraf Hakimi (PSG), entre los más destacados.

De los Galácticos a la actualidad: Real Madrid no teme usar la billetera

El caso de Real Madrid es el opuesto complementario. Salta a la vista: no cotiza en bolsa ni tiene una composición económica de capitales mixtos como los alemanes -que igualmente están atados a la regla del 50+1 para conservar la propiedad de los socios- pero su nombre está posicionado como la marca más grande a nivel mundial dentro del fútbol. Desde los niños que usan la camiseta Merengue al sueño de conocer el Bernabéu de adultos, la televisación, los socios: toda esa maquinaria comercial alimenta los impresionantes planteles que arma su presidente, Florentino Pérez.

Desde aquel rememorado equipo de los Galácticos, en el que formó uno de los mejores once de la historia, Real Madrid suele ser deficitario en el mercado de pases. Pero el modelo de negocios se equilibra: sus astronómicas compras se compensan con marketing, venta de camisetas y demás productos de la marca. Lo que se dice ver la película y no la foto. Aunque tiene una particularidad: en los últimos años cuenta con un plantel bastante estable que refuerza ocasionalmente o se esmera en mantener casi sin cambios. En este último mercado, en el que no trajo grandes nombres más allá de Bellingham, el Merengue terminó 122 millones abajo en el balance.

Pese a los pases rutilantes de siempre, el Madrid también aplica, de tanto en tanto, el modelo formador del Dortmund. Casos como los del turco Arda Güler (comprado desde el Fenerbahçe con 19 años), Federico Valverde (de Peñarol con 16) y Eduardo Camavinga (del Rennes con 18) señalan el pragmatismo del Madrid. Futbolistas señalados como un diamante en bruto que el Merengue decidió comprar para pulir. Hoy, son piezas claves del once titular de Ancelotti.

Es que Real Madrid no es un equipo vendedor, claro. De hecho, tiene una cantera que refuerza a varios equipos de Europa (sobre todo España). La política deportiva del Madrid hace tiempo que viene postergando a sus juveniles, que suelen jugar poco, se van a préstamo y hacen carrera afuera del club, sin dejarle grandes sumas a las arcas Merengues. Si será viejo el esquema que se viene discutiendo desde que estaba Guardiola en Barcelona, cuando se hablaba de un equipo formado por canteranos y nutrido por La Masía contra Florentino Pérez y su billetera.

Sin embargo, y aunque no tenga fama, Real Madrid es uno de los productores más grandes de futbolistas de Europa. Así lo informa el observatorio CIES, que hizo un desglose de La Fábrica y concluyó que el Madrid es el equipo que más jugadores formó que juegan en las cinco grandes ligas, con 44. ¿El retorno económico? Apenas 395 millones de euros desde el 2009. Como si hubiera vendido a cada futbolista en 8 millones.

Lo cierto es que, más allá de cuestiones económicas o de política institucional, le viene dando resultados. Real Madrid pasó de una etapa muy oscura en Europa a ser candidato en todas las ediciones de la Champions. Y no lo hizo comprando y comprando, sino manteniendo una base con refuerzos puntuales.

Este sábado, cuando la pelota ruede, jugarán once contra once en Wembley. Pero afuera se estará jugando otro partido, que es el que determinará el camino y el futuro de cada institución. Algunos hinchas viajarán, otros lo mirarán por televisión y otros serán inversores que especularán con negocios y dividendos asociados. La pelota rodará y definirá quién será el campeón: el Dortmund productor e intermediario en la cadena de valor del futbolista o el Real Madrid productor de materia prima y consumidor de producto final. La suerte está echada.