Raphinha cumplirá ante el Bayern sus primeros 100 partidos con el Barça, convertido en un jugador indispensable en los planes de Flick
BARCELONA -- Raphinha ha pasado de fichaje discutido y futbolista vilipendiado a futbolista imprescindible de un Barcelona del que, incluso, es capitán. El brasileño alcanzará este miércoles frente al temido Bayern Munich sus primeros 100 partidos como azulgrana y confía en “celebrarlo con una victoria, porque sumar los tres puntos es lo más importante”.
Sospechoso desde el primer día, por llegar de la mano de un Deco que pasó de ser su representante a secretario técnico del club, Raphinha no es ajeno a las críticas que se multiplicaron a su alrededor, aunque prefiere aparcar aquellas sensaciones “porque lo que pasó ya pasó” y centrarse en el futuro inmediato, sin pasar facturas ni pensar en ello más de lo necesario.
Aunque no olvida “la falta de respeto” que, en su opinión, sufrió durante el verano, cuando llegaron a aparecer fotografías con una camiseta azulgrana de Nico Williams con el dorsal 11, el suyo. “Aquello fue una broma de mal gusto, una falta de respeto hacia mi trabajo. Pero la gente hace lo que quiere”, resolvió, consciente de que en aquel momento, de alguna manera, entendió la necesidad de “empezar la temporada sabiendo que debía adaptarme a todo y sabiendo que si antes trabajaba al cien por cien. Ahora lo hago al 200 por cien”.
Hoy Raphinha ya ni es sospechoso ni criticado. Al contrario, se ha convertido en un jugador indispensable y va camino de ser un brasileño, otro, mítico en los libros del Barcelona, aunque quiere serlo “por mis méritos. No me gusta compararme con otros y estoy aquí para hacer mi historia. Hay futbolistas que me han inspirado mucho y uno especial es Neymar, que me ayudó mucho en la selección y que siempre seguí en el Barça”.
No afronta el partido del miércoles con ánimo de revancha contra un Bayern ante el que siempre perdió “porque lo que pasó pasó. Nos preparamos para ganar pero sin pensar en nada más, solo por la importancia del propio partido”.
“El equipo está fuerte y será un partido especial y difícil”, consideró Raphinha, aseverando que su cambio en el club ha sido “por un tema mental y táctico. Es muy importante la confianza que me da el entrenador y la que tengo de mis compañeros”, confirmó, mostrándose orgulloso de ser capitán “porque llevar el brazalete es muy especial”.
“Estoy emocionado por ello, pero ser capitán no es solo llevar el brazalete; es ayudar a los jóvenes y colaborar con los veteranos, es escuchar a todos en el vestuario y que sepan que estoy a su disposición, siempre”, resumió, avisando que tanto en el partido contra el Bayern como el Clásico serán “muy complicados. Confiamos en nuestras posibilidades, podemos y queremos ganar, pero esto es deporte y debemos estar preparados mentalmente para todos los resultados”.