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Inter sacó oro de las piedras y venció a Arsenal en Champions League

El Neroazzurro golpeó en el momento justo, después se cerró atrás y venció a los Gunners en su casa para quedar bien metido en el grupo de los ocho de la fase liga que avanzará directo a octavos. Lautaro Martínez fue titular y capitán en el local.

¿Cuántas veces se habló de méritos en el fútbol? Millones. Que tal equipo no mereció ganar, que aquel otro no mereció perder… ¿Sirve hablar de méritos? Quién sabe, tal vez sí, quizás sea tiempo perdido. Ahora bien, hay algo que está claro: a Inter poco y nada le va a importar hablar de merecimientos después de vencer 1-0 a Arsenal por la cuarta fecha de la fase liga de la Champions League, mantenerse invicto en el torneo europeo y sumarse al grupo que escolta a Liverpool, el único con foja perfecta de cuatro éxitos.

Los hinchas de Inter que fueron al Giuseppe Meazza se fueron felices, por supuesto. Ahora bien, el equipo de Simone Inzaghi hizo más para no recibir goles que para hacerlos. Y ahí entran los merecimientos. El Neroazzurro no hizo nada para ganar. Pateó dos veces al arco, una pegó en el travesaño y la otra fue gol. Después, una versión siglo XXI de catenaccio. El segundo tiempo de Inter fue aguantar, no perder el orden, con los centrales con la cola metida en el área chica, con un solo delantero como primer defensor, a diez metros de su propia área.

Inter arrancó con todo, parecía que el partido sería vibrante. Denzel Dumfries reventó el travesaño del arco defendido por David Raya. Pero lejos estuvo de ser un encuentro con ritmo. Anodino, soporífero, lento. Con los italianos entregando la pelota a Arsenal y apostando por alguna contra, con Lautaro Martínez allá adelante, lejos. El primer tiempo se diluía entre la falta de claridad de los ingleses y la poca vocación ofensiva de los italianos. El 0-0 de la etapa inicial estaba firmado, iban 46 minutos, pero… Tiro libre para Inter, cae un centro, la pelota pega en la mano de Mikel Merino y ¡penal! Sí, penal, qué tal. Hakan Calhanoglu se hizo cargo, le pegó al piso y al balón y adentro. Señoras, señores, segundo y ¡último tiro al arco de Inter en todo el partido!

Si cuando iba 0-0 Inter no buscaba mucho, qué podía pasar en el segundo tiempo con la ventaja. Claro, entregó la pelota por completo. En la etapa final, si Raya hubiese tenido la play ahí cerca podría haber jugado tranquilo. Porque el partido se jugó a 60 metros de su arco. Arsenal fue para adelante durante los 53 minutos que duró el segundo tiempo. Pero, entre la férrea defensa de los de Mikel Arteta y las ideas que no llegaban en el ataque Gunner, Pavard, De Vrij y Bisseck, los tres centrales del Neroazzurro se hicieron un festival de despejes. Los ingleses morían siempre en centros y los defensores de Inter sacaban número para despejar.

Recién a los 95 minutos, Ethan Nwaneri quedó de frente para un remate al arco, que se fue por arriba del travesaño. El resto fueron jugadas de pelota parada, de esas que tan bien trabaja Arsenal. Y hasta hubo uno medio entreverada que sacaron en la línea. Nada más, no pudo contra el muro de Inter.

Ahora sí, que les vayan a hablar de merecimientos a los jugadores de Inter o a sus hinchas. Números: con su éxito quedó quinto en la tabla de la fase liga y está dentro del grupo de los ocho que avanzan directo a octavos. Continúa con su valla invicta y tiene seis goles a favor. Sumó su tercer éxito en fila. Datos, no relato. Claro, alguno podrá decir que jugando así no va a ganar muchos partidos más. Pero mire, en la Champions está entre los ocho e invicto y en la Serie A es escolta de Napoli, a un punto. Inter juega así. ¿Gusta? Puede que no. Pero el equipo capitaneado por el Toro Martínez (fue captián y dejó la cancha a los 62) sigue adelante con su estilo. Y le va bien.

Del lado de Arsenal, fue la primera derrota en la edición 24/25 de Champions y, con siete puntos, quedó a cinco de Liverpool (el líder) y a dos de Aston Villa, el equipo que cierra del lote de los ocho.