Thuram vivió en Barcelona tras el fichaje de su padre en 2006, cuando se unió a la escuelita azulgrana, y hoy es referente en el Inter
BARCELONA -- Marcus Thuram formará el miércoles pareja ofensiva del Inter de Milán junto a Lautaro Martínez en la visita al Barcelona de la semifinal de ida de la Champions League.
Desde el Inter se trasladó la confianza en que Simone inzaghi pueda contar con Thuram, recuperado de su lesión en el aductor izquierdo, para enfrentarse al Barcelona, en el que será su primer duelo con el equipo azulgrana, cuya camiseta fue la primera que lució en un campo de futbol.
Nacido en Parma, Marcus llegó a Barcelona desde Turín en el verano de 2006, cumpliendo los 9 años y acompañando a su padre, Liliam Thuram, fichado por el Barça tras el Mundial en que se proclamó subcampeón con la selección francesa. Y fue en Barcelona donde se unió a la FCBEscola, donde jugó durante un año y medio.
No fue el suyo un caso aislado. Otros hijos de futbolistas, exfutbolistas o entrenadores lo hicieron en aquella época como los casos de Guardiola, Gudjohnsen, Amor, Vilanova y años después Lionel Messi, Gerard Piqué o Luis Suárez.
"Yo no habría apostado a que llegara al nivel que ha llegado. En aquella época no era el típico futbolista que destaca por su talento pero hay que entender que lo pasó algo mal porque era nuevo en la ciudad, no conocía el idioma. Y le costó aclimatarse", reconoció hace pocos días Xavi Pérez, quien fue su entrenador en la Escuela azulgrana aquellas dos temporadas.
De carácter abierto y extrovertido, a pesar de esas dificultades idiomáticas, el Thuram azulgrana no solía jugar en punta y sí en el medio del campo, a menudo animado por su madre los sábados por la mañana en que se jugaban los partidos en los terrenos anexos al desaparecido Miniestadi, junto al Camp Nou.
Allí sí acudía entre semana para acompañarlo a los entrenamientos Lilian Thuram, dos o tres veces por semana y por la tarde, no siendo extraño ver al defensa galo conversar con los familiares de los compañeros de su hijo, que sin destacar por talento sí lo hizo a no muy tardar por su desarrollo físico, gracias al cual sí lo hizo en los partidos.
LA ECLOSIÓN
El suyo fue un periodo corto "pero intenso" en Barcelona. Participó en un par de torneos formando parte de una selección de la Escola y a mediados de 2007 se marchó a Francia para jugar en el Olympique de Neuilly-sur-Seine. En 2010 le reclutó el al AC Boulogne-Billancourt de París y dos años más tarde le incorporó el Sochaux, donde comenzó su carrera profesional.
Ya reubicado como delantero y con un potencial evidente, tenía 17 años cuando debutó en el primer equipo del Sochaux, en 2ª División francesa, y 19 al fichar por el Guingamp, con el que destacó en una eliminatoria de Copa de la Liga para eliminar al PSG en enero de 2019.
Por medio millón de euros lo fichó el Guingamp. Y por 9.7 millones le vendió durante el verano de 2019 al Borussia Mönchengladbach después de que su nombre se relacionara con el Atlético de Madrid en España y el Parma, que acababa de ascender a la Serie A en Italia.
Su rendimiento en Alemania, excelente, le valió el debut con la selección absoluta de Francia y la consideración de ya ser, indiscutiblemente, conocido por sí mismo, lejos de la figura de su padre, hasta que en el verano de 2023, después de rechazar todas las ofertas de renovación que le ofreció el Borussia Dortmund, firmó como agente libre por el Inter, con el que acumula 90 partidos oficiales.
Cumplidos los 27 años, alcanzará en Barcelona su partido número 340 como profesional en clubes, divididos entre Sochaux, Guingamp, Borussia e Inter, con el que confía en volver a celebrar un gol con la misma efusividad que lo hacía siendo un niño y vistiendo la camiseta del mismo Barça al que confía en eliminar en esta última ronda previa a la final de la Champions en Munich.