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A 23 años del gran fracaso continental del Barcelona de Cruyff

BARCELONA -- Campeón actual del torneo, el FC Barcelona es recordado en la Champions por protagonizar el primer castañazo en la historia de la competición. Campeón de la última Copa de Europa en mayo de 1992, se cumplen 23 años de su increíble eliminación, en el Camp Nou, frente al CSKA Moscú.

Un miércoles, el 4 de de noviembre de 1992, el Dream Team de Johan Cruyff se dejó el pasaporte a la fase de grupos de la Champions, en el formato original del torneo que nació aquel año bajo esta denominación y que el curso anterior había ya tenido un primer ensayo. Se disputaban dos eliminatorias previas a la fase de grupos que dividía a ocho clubes en dos grupos y cuyos vencedores disputaban directamente la final.

Fueron concretamente el Olympique de Marsella y Milan, con victoria de los franceses en Múnich gracias a un solitario gol de Basile Boli. Aunque antes de todo ello, el campeón y favorito ya estaba en la calle.

Sucedió que el Barcelona, que había eliminado con más sombras que brillantez al Viking noruego en la primera eliminatoria, se cruzó en la de Octavos de Final con el CSKA de Moscú.

Arrancó un optimista 1-1 en Rusia el 21 de octubre, con diana de Begiristain, y tuvo sentenciada la vuelta en un abrir y cerrar de ojos. Para pasar del sueño a la tragedia. Anotó Nadal de cabeza a los 13 minutos y lo hizo Begiristain a la media hora, sentenciando una asistencia de Laudrup, para dejar decidido el pase a la liguilla final.

Pero todo se vino abajo de manera inesperada y terrorífica. En el último minuto del primer tiempo una indecisión entre Koeman y Amor permitió acortar distancias a Bushmanov y el segundo acto se convirtió en una locura. Cruyff sustituyó a Guardiola y a los 57 minutos, a la salida de un corner, Denis Mashkarin silenció el estadio azulgrana con el 2-2.

El entrenador holandés dio una vuelta de tuerca sacando del campo al renqueante Nadal, dando entrada a Julio Salinas y enfocando el resto del partido con apenas dos defensas (Ferrer y Koeman) convencido que la calidad de su equipo haría todo lo demás. Apenas un suspiro después, a los 60 minutos, el desconcierto azulgrana desembocó en el 2-3 marcado por Korsakov en un contragolpe alucinante. Y el Barça se hundió sin remedio.

Del 2-0 al 2-3 en quince minutos de pesadilla que provocaron la eliminación del campeón y dieron paso a la primer gran crisis entre Josep Lluís Núñez y Johan Cruyff.

El presidente, quien le defendió ante todo el mundo cuando en la primavera de 1990 se pidió con insistencia el despido del entrenador, se cambió de traje y comenzó a dejar solo ante la crítica a Cruyff.

“Tenía miedo de este partido y había quien estaba eufórico” le disparó Núñez al holandés, a quien afeó que en pleno mes de octubre hubiera comenzado a presionar con el fichaje de Dennis Bergkamp, gran estrella del Ajax y apadrinado por él en el invierno de 1986.

A partir de ahí el Barça, herido en su orgullo, enlazó cinco victorias consecutivas después de aquella trágica noche frente al CSKA y el 10 de diciembre se marchó a Japón para disputar la Copa Intercontinental frente al Sao Paulo. Y el 13 de diciembre cayó derrotado después de comenzar ganando por el equipo de Tele Santana, con Raí, Cerezo y Müller.

A partir de entonces el matrimonio azulgrana entre el presidente y el entrenador estuvo presidido por la desconfianza y los reproches, que se mantuvieron en las victorias y desembocaron en el final de Johan cuando acabaron los títulos, al cabo de cuatro años y cinco meses, en mayo de 1996.

Pero a decir de muchos, todo comenzó aquel cuatro de noviembre de 1992, con el CSKA ruso asaltando el Camp Nou y poniendo en el escenario las primeras discrepancias en la cúpula de un club condenado desde entonces a la bipolaridad de Núñez y Cruyff.

El CSKA, por cierto, pasó en silencio por la fase de grupos, arrancando apenas dos empates frente a Marsella y Rangers… Aunque su participación acabó siendo trascendental en la suerte definitiva del grupo A y que dio el pase a la final al equipo francés con una serie de resultados cuanto menos sospechosos… y que con el paso del tiempo se pusieron en el escenario bajo la presidencia de Bernard Tapie.

Y el otro secundario de la historia, Dennis Bergkamp, el que provocó las primeras puyas directas de Núñez contra Cruyff, acabó por concretar en febrero de 1993 su pase al acabar el curso al Inter, que pagó por su fichaje y el de Wim Jonk 17,2 millones de euros motivando el enfado del entrenador azulgrana con su presidente, quien para mantener la paz le concedió poco después la incorporación del otro gran goleador de la Liga holandesa, un Romario de Souza que le costó al Barça cerca de 12 millones.

En enero de 1995, tras una corta etapa como ídolo y traidor, Romario dejó el Barcelona para volver al Flamengo. Y en junio del mismo 1995, Bergkamp abandonó por la puerta de atrás el Inter para fichar por el Arsenal, que pagó 11 millones de euros por él. Aunque esas son otras historias…