BARCELONA -- Al Barcelona no le sonrió precisamente la fortuna, de entrada, en el sorteo de la fase de grupos de la Champions League, que lo emparejó con el Bayern Munich, probablemente uno de los tres equipos más duros entre los cabezas de serie y de doloroso, dramático, recuerdo alrededor del Camp Nou por cuanto es el rival que le propinó la mayor humillación de su historia continental.
Benfica de Portugal y Dinamo de Kiev de Ucrania completarán el grupo E en el que cayó el equipo azulgrana, que en buena lógica partirá como segundo favorito tras el club alemán para lograr el pase a los octavos de final.
El simple nombre del Bayern causa temblor en el Barça, donde no se olvida el 2-8 de Lisboa, aquel 14 de agosto de 2020, que dio paso a la peor crisis deportiva e institucional que se recuerda en un club que se reencontrará con el campeón alemán entendiendo que por primera vez no podrá encarar el duelo como favorito, sino todo lo contrario.
De hecho, el historial de enfrentamientos entre el club azulgrana con el Bayern muestra un dominio evidente del club alemán. De once enfrentamientos, desde las semifinales de la Copa de la UEFA en 1996 (que sonrieron al Bayern), el club germano venció en siete, por solo dos del Barça, que lo eliminó por última vez en las semifinales de la Champions de 2015.
Si no tuvo suerte con el cabeza de serie, tampoco fue precisamente amable el sorteo al dar a conocer el representante del tercer bombo. Si Atalanta, Ajax Amsterdam y Salzburgo podían considerarse los tres equipos más asequibles, evitó a RB Leipzig, Zenit St Petersburg o Shakhtar Donetsk... Pero cayó emparejado con un histórico como el Benfica, club de triste recuerdo por ser el que le derrotó en su primera final de la competición, en 1961, y al que se enfrentó por última vez en la fase de grupos de la temporada 2012-13, saldado con victoria en Lisboa (0-2) y empate (0-0) en el Camp Nou.
Para cerrar el grupo correspondió el Dynamo Kiev, con el que ya se enfrentó el Barcelona la pasada temporada en la fase de grupos, goleando por 0-4 en Ucrania y venciendo por la mínima (2-1) en el Camp Nou. La relación de enfrentamientos entre ambos muestra siete victorias azulgranas por tres del Dynamo, la última de ellas un histórico 0-4 en Barcelona en la fase de grupos de la temporada 1997-98 y que consagró a un entonces joven Shevchenko.