Sobrevivió, no sin sufrimiento el Manchester City en el Wanda Metropolitano ante un Atlético de Madrid que se dejó la vida por una remontada que no llegó y jugará por segunda temporada consecutiva la semifinal de una Champions que le reencontrará con el Real Madrid, al que eliminó en los Octavos de Final de 2020 como respuesta a la eliminación que sufrió a manos merengues cuatro años antes en la Semifinal. Será una eliminatoria de órdago, la tercera que disfrutará, o sufrirá, consecutivamente el cuadro de Ancelotti, que superó al Chelsea en la prórroga después de verse contra las cuerdas, tal como le había sucedido en los octavos de final con el PSG.
La otra semifinal será inédita... en la máxima competición pero será el reencuentro de Liverpool y Villarreal, que ya se vieron en esta penúltima eliminatoria de la Europa League en 2016, en la que el Liverpool, a la postre subcampeón contra el Sevilla, remontó en Anfield el 1-0 de la ida. Se volverán a ver las caras después de que los reds superasen sin más problemas al Benfica y el submarino amarillo diera la gran campanada eliminando a un Bayern Munich incrédulo.
Impotencia. El Manchester City, subcampeón la pasada campaña, jugará su segunda semifinal de la máxima competición, reencontrándose con el Real Madrid que le eliminó en 2016 y al que eliminó en 2020, después de eliminar a un Atlético que se dejó la vida en el intento, en una segunda mitad de impresionante tensión y con un final apoteósico, con tangana y expulsión de Felipe, buscando el gol de cualquier manera el equipo de Simeone y defendiéndose como buenamente pudo el equipo de Guardiola, salvando Ederson, a los 11 minutos del descuento, el gol de Correa que habría llevado el partido a la prórroga.
Normalidad. Solventada la eliminatoria en Lisboa, donde venció por 1-3, el Liverpool cambió la cara a su once, con hasta siete futbolistas no habituales, mirando de reojo a la final de la FA Cup que disputará el domingo ante el City para dar descanso a sus cracks. Y se demostró que con titulares o suplentes sigue estando un par de peldaños por encima del Benfica, que sobrevivió en la primera mitad, igualando el inicial gol de Konate pero incapaz, después, de ir más allá tras el doblete de Firmino, aunque acabó igualando el partido. Cayó con honor el equipo portugués... Pero lo hizo con toda la lógica esperada.
Locura. Si fue capaz de eliminar al PSG en cuartos de final con un milagro impensable en el Bernabéu, aumentó, si cabe, esta circunstancia ante el Chelsea. Venía el Real Madrid con una cómoda ventaja desde Londres y, de pronto, se vio abajo por 0-3, desquiciado, dominado y abrumado por un rival superior en todos los órdenes, al que se le anuló un gol polémico y que se sorprendió por la capacidad de supervivencia de un Madrid que logró alcanzar la prórroga por medio de Benzema y conquistar una clasificación heróica en el tiempo extra, dirigido magistralmente por Modric y bajo el embrujo de una leyenda que le acompaña. Jugar en el Bernabéu, en competición europea, es poco menos que un tragedia para cualquier visitante.
Milagro. El Villarreal disputará la segunda semifinal de la Champions de su historia (después de la que perdió en 2005 frente al Arsenal) tras conquistar Munich de la manera más dramática y acaso inesperada. El Bayern igualó por medio de Lewandowski el 1-0 de la ida favorable al submarino amarillo y puso cerco a la portería de Gerónimo Rulli, llegando a rematar hasta en 17 ocasiones, dominando de manera absoluta y rozando el segundo gol hasta que se vio obligado a ir a una prórroga en la que ya pensaba... Hasta que una asistencia de Gerard Moreno permitió a Chukwueze anotar un gol histórico. Verse las caras con el Liverpool en semifinales, otra vez como víctima, ya es un premio... Puede no ser el último.