La noticia de que el fútbol chileno se reanudará la próxima semana no fue bien recibida por todos los sectores. Al rechazo de algunos técnicos y jugadores, ahora las municipalidades que albergarán los encuentros de mayor aforó exhibieron su preocupación que vuelva el torneo en medio de la crisis político y social.
Por ejemplo Andrés Zahri, alcalde de Ñuñoa, mostró sus dudas por el choque entre Universidad de Chile y Everton que se disputará en el Estadio Nacional el próximo sábado: "El partido de la U con Everton es un evento masivo y mientras no exista absoluta tranquilidad y calma, no tiene sentido que se juegue".
"Creo que hay que esperar que todo vuelva a la calma. No es recomendable que se juegue, más aún los equipos grandes. Es la Intendencia la que decide, pero de haber inconvenientes los daños serían para el municipio", agregó el edil en El Mercurio.
Por su parte Felipe de Pujadas, concejal de Las Condes, también advirtió al citado medio la problemática de realizar el Clásico entre Colo Colo y Universidad Católica en San Carlos de Apoquindo el día domingo.
"Nuestro consejo municipal no es partidario que se juegue en San Carlos por el clima de tensión social existente. Hay inquietudes por las barras bravas", explicó.
Precisamente, las inseguridades surgieron tras los diversos comunicados publicados en redes sociales por las barras bravas de los clubes profesionales, que rechazaron la reprogramación del certamen criollo y algunas incluso llamaron a "boicotear" los partidos.