Millonarios asumió el control del Grupo B con el triunfo 1-0 a Medellín en El Campín. Con puntaje perfecto depende de sí mismo para volver a ser finalista del fútbol colombiano.
Ceder la Copa Colombia por penales ante Nacional le dolió pero no lo derrumbó. Llegó de pie a un partido definitivo con el que extendió su buena racha en las semifinales. La jerarquía está a prueba de todo.
"Perder una final no es dañar un trabajo que se viene haciendo", dijo Alberto Gamero.
Es otro de los valores por los que es reconocido el ciclo del DT samario. Madurez para salir de las derrotas. Autoridad para recomponer las cosas sin traicionarse.
Frente al DIM le bastó con un gol de Larry Vásquez a los 25' minutos para asegurar la victoria. Menos vistoso que otras veces, con la determinación intacta. Entendió lo que pedía el partido. Más cautela por sus líneas juntas sin renunciar al ataque. Minimizó a su rival y le arrebató el primer lugar de la zona.
"Hicimos presión alta y bloque alto, pero el equipo fue compacto. A veces confundimos que si Millonarios se para en bloque medio, entonces no es agresivo. El temor que tenía yo, era la parte física del equipo", añadió Gamero.
En la primera rueda de las semifinales, el campeón es líder con nueve puntos. Depende de sí mismo para clasificar a la final. Si suma el jueves 30 de noviembre ante los antioqueños en Itaguí, pone un pie en la última instancia del torneo.
A ese compromiso llega sin heridas a la vista. Respaldado por su hinchada. Con su capitán David Silva inspirado. El campeón va por más.