Durante el 2023, Alexandre Guimarães y Lucas González se hicieron cargo del 15 veces campeón de Colombia. Con estilos distintos, ambos fallaron en el intento de levantar un título.
La fuerte nómina de América de Cali lo sienta en la mesa de candidatos a ser protagonistas del FPC. Los rojos de Cali suelen estar en la conversación de la mejor plantilla del país y por ende, las expectativas durante este 2023 eran altas. Carlos Darwin Quintero, Franco Leys, Cristian Barrios, Facundo Suárez y Juan Camilo Portilla fueron algunos de los grandes nombres que llegaron en el primer semestre a engrosar las filas del equipo dirigido en ese momento por Alexandre Guimarães.
Los Diablos Rojos iban bien encaminados con un técnico que ya conocía la sensación de ser campeón con el equipo: finalizaron cuartos en el todos contra todos con 32 puntos y el sorteo determinó que ocuparan un lugar en el grupo B de los cuadrangulares finales junto a Boyacá Chicó, Independiente Medellín y Millonarios. Ante este último rival, el rojo perdió ambos encuentros y por eso terminó segundo del grupo, naufragando en su aspiración de jugar la gran final.
Tras ser acusado de defensivo y extremadamente conservador para un equipo de la estirpe de América, el club decidió prescindir de los servicios de Guimarães y dio un giro de 180 grados en su intento de alcanzar la decimosexta estrella: contrató a Lucas González, un técnico joven que venía de hacer un campañón con Águilas Doradas y que pregonaba una idea mucho más ofensiva y refrescante que la de Alexandre. Además, se reforzó de gran manera nuevamente al incorporar a Edwin Cardona al equipo.
El camino fue pedregoso de inicio para González. Su equipo cayó eliminado por Nacional en la Copa Colombia y no logró ganar ni convencer a la hinchada de sus ideas. El ambiente se hizo insostenible y su despido parecía inminente. Sin embargo, en un atípico acto, sus jugadores salieron a respaldarlo públicamente en una rueda de prensa muy caliente antes del duelo de la fecha 8 ante Independiente Santa Fe.
A partir de allí, las cosas cambiaron radicalmente. América venció a Santa Fe y después acumuló 13 partidos sin conocer la derrota y ganaba, goleaba y gustaba. El grito popular pasó de "fuera Lucas" a "fuerza Lucas" y los Diablos Rojos eran firmes candidatos al título de diciembre. Parecía que el estilo ofensivo y valiente del bogotano González por fin había calado en una de las plazas más difíciles del país.
América llegaba a la última fecha del todos contra todos clasificado, pero con la obligación de ganarle a Bucaramanga en su casa para conseguir la ventaja deportiva (o punto invisible) en los cuadrangulares finales. En ese partido, el equipo de González sufrió un golpe del que jamás se pudo recuperar: cayó 1-2, perdió la posibilidad del punto invisible y tuvo que hacer parte del "grupo de la muerte" junto a Millonarios, Nacional y Medellín. El rendimiento de los rojos fue muy pobre en finales: Perdió 5 de sus 6 partidos, le anotaron 8 goles y quedó último del grupo.
Poco se ha podido explicar el repentino bajón del equipo dirigido por Lucas González en los partidos más importantes del año. Lo que sí es cierto, es que empezará el 2024 con la sombra de la duda generada por esa última imagen y con la obligación de salir campeón de algún torneo ya sin dos de sus figuras: Carlos Darwin Quintero y Adrián Ramos. La paciencia, desde el dueño, hasta el hincha, es muy escasa en América de Cali. Solo un título puede salvar a González.