Cuatro partidos sin convertir goles. Parece demasiado para un equipo como Uruguay que tiene a dos de los mejores delanteros del mundo. Luis Suárez y Edinson Cavani parecen hacer honor al dicho “del lujo de la miseria”.
Allá andan, aislados, colgados arriba, sin disponer de oportunidades claras de gol que les permita explotar todas las virtudes que tienen como delanteros.
¿Es culpa de Suárez y Cavani? Al margen de que forman parte de un colectivo, ellos no están para generar sino para rematar las jugadas, pero sin recibir juego es imposible.
Hay que remontarse mucho tiempo atrás para encontrar un juego tan inexpresivo del equipo. Y el tema no pasa solo por el juego contra Argentina en el debut de la Copa América, sino que se suma a los juegos contra Paraguay y Venezuela de las Eliminatorias.
Uruguay llegó a cuatro partidos sin convertir goles. A saber: 0-2 con Brasil, 0-0 con Paraguay y Venezuela y el 0-1 ante Argentina. Parece demasiado para una formación que reúne a dos delanteros que son la envidia del continente.
El detalle no pasa desapercibido. Es la primera vez desde que Tabárez está al frente de la conducción del equipo que Uruguay pasa cuatro partidos sin anotar goles.
El técnico paró el equipo con dos volantes por afuera y dos por adentro, a quienes sumó laterales con llegada para intentar generar juego para los dos delanteros. Pero la pelota jamás les llegó clara.
Uruguay no remató al arco una sola vez en todo el partido, lo que parece resulta sorpresivo para la calidad de jugadores que tiene.
En el segundo tiempo se intentó con cambios, pero se adoleció del mismo problema, lo que provocó que Cavani se retrasara unos metros para intentar tomar contacto con el balón y llegar al arco rival. Pero fue imposible.
¿Es para preocuparse? Si se analiza desde la perspectiva que la Copa América recién comienza, claramente no. El tema es que esta actuación se suma a la de Paraguay y Venezuela. Tiempo para recuperarse existe. Los antecedentes avalan a Uruguay, pero el equipo deberá despertar porque jugando así: ¿de qué vale tener a Suárez y Cavani?