Los jugadores grandes están hechos para partidos grandes. El duelo del próximo miércoles entre Racing y Boca por la vuelta de cuartos de final de la CONMEBOL Libertadores será uno de los más importantes de esta época y, como tal, será escenario propicio para el talento de Juan Fernando Quintero.
Juanfer brilló en Copas del Mundo, en finales de Libertadores y demostró más de una vez que su fútbol crece en situaciones límite. Que su calidad brilla con más fuerza cuando más se la necesita.
En una era en la que los números y las estadísticas tienen tanto o más valor que las consideraciones conceptuales, el aporte de Quintero excede al análisis de datos. Cuando él está en la cancha, la pelota lo encuentra y él encuentra a sus compañeros. Es una relación natural. Orgánica.
Tiene solo tres partidos en Racing y ya dejó muy claro que debe jugar. Es cierto que no está en la plenitud física por una larga inactividad y por sus propias características, pero la circunstancia obliga a darle todos los minutos que sean necesarios. Contra Boca, Juanfer debe jugar.
¿En qué posición? Cerca de la pelota. No importa demasiado la geografía, sino la función. Quintero debe ser el eje del fútbol ofensivo de su equipo. Si Fernando Gago mantiene su clásico 4-3-3 puede hacerlo en la derecha del ataque, aunque más cerca del eje central que de la banda. Debe tener libertad para encontrar espacios libres en los cuales recibir e intentar lanzar.
El partido será intenso, dicen los vaticinios. Entonces, con más razón debe estar el exmediocampista de River. Para ser una voz disonante en medio del ritmo frenético que podría primar en Avellaneda. Para ralentizar si es necesario y para encontrar pases en medio de la fricción.
En el choque de ida en la Bombonera, ingresó en el segundo tiempo y fue un imán para la pelota. Su participación le permitió a Racing no sufrir en el final. Jugar lejos de Gabriel Arias y hasta inquietar a Sergio Romero. El coraje y la experiencia de Juanfer es inestimable en esta instancia.
Es responsabilidad de Gago encontrarle lugar en el once titular del miércoles. El entrenador dijo más de una vez, y lo justificó con acciones, que no especulará. Que arriesgará. En ese sentido, un futbolista como Quintero es clave. Más allá de la fácil alusión a su gol legendario en Madrid, el talento del número 8 puede marcar la diferencia entre llegar a semis o quedar en el camino.