Dos títulos y dos semifinales en las últimas cuatro ediciones de la CONMEBOL Libertadores explican la vigencia del poderío actual de Palmeiras en el fútbol sudamericano pero no alcanzan para explicar por qué es el gran candidato de la serie de semifinales contra Boca Juniors. Además de su historia, su presente futbolístico es superior al del equipo argentino y también al de los otros semifinalistas, Fluminense e Inter.
¿Por qué Palmeiras es el candidato?
Con Abel Ferreira, el equipo paulista encontró un funcionamiento sólido que le genera algo muy valioso en el fútbol de hoy: confianza en sí mismo. Palmeiras sabe a lo que juega. Conoce muy bien sus virtudes y sus defectos y crece desde esas certidumbres. Es un conjunto estructurado en lo defensivo y rápido en ataque. Pocas veces se sale de libreto y casi nunca juega por fuera de lo que plantea.
Por otro lado, en un campeonato como la Libertadores, es fundamental conocer a la perfección las particularidades de la competencia. Palmeiras se ha convertido en "copero". Desde 2020, ganó 12 series mano a mano y solo perdió una, las semis de 2022 contra Athletico Paranaense. Esa ventaja crece aún más en instancias como esta.
Aunque se valora mucho su solidez defensiva, sobre todo por la tarea de Gustavo Gómez, el cuadro brasileño es muy potente en ataque. De hecho, es el máximo goleador de la Copa, con 21 goles a favor en 10 partidos. Tiene en Artur a uno de los primeros artilleros y en Rony al máximo asistidor.
De los once jugadores que salieron a la cancha en la final de la Libertadores 2020 contra Santos, nueve siguen en el plantel. Solo se fueron Danilo y Luiz Adriano. Además, se mantiene la base formada por el arquero Weverton, el central Gómez, los mediocampistas Zé Rafael y Gabriel Menino y el delantero Rony. Palmeiras juega bien porque tiene un plantel que se conoce a la perfección.
Otro de los motivos por los que es favorito se encuentra en su rival. Boca llega lejos de su mejor nivel posible. Lleva cuatro empates consecutivos, pero además le cuesta encontrar un rendimiento constante. No termina de ser un equipo sólido en defensa ni tampoco certero en ataque. Si el fútbol fuera un juego previsible, valdría decir que es muy difícil que supere esta etapa. Pero el fútbol es mucho más complejo que eso...