Fue un pilar de la defensa en el Lanús de Jorge Almirón. Es fundamental en la zaga central de Palmeiras, el rival de Boca Juniors en una de las semifinales de la CONMEBOL Libertadores. Gustavo Gómez, capitán del equipo brasileño campeón continental en 2020 y 2021 será uno de los focos de atención de este duelo copero entre el Xeneize y el Verdão.
El defensor paraguayo juega hace cinco años en Palmeiras, pero pareciera que lo hizo ahí toda su vida. Es uno de los líderes dentro y fuera de la cancha. Su voz de mando, su firmeza para marcar y su capacidad en el juego aéreo son marcas registradas.
Antes de sellar su vínculo con el club brasileño, Gómez tuvo un breve paso por Milan. ¿Cómo llegó al fútbol italiano? Sus destacadas actuaciones en Lanús, primero con Guillermo Barros Schelotto como entrenador y luego con Almirón como DT, lo consagraron como una de las figuras del fútbol argentino. Mientras coincidieron en Lanús, Almirón utilizó a Gómez en 18 de 20 partidos posibles, lo que marca la importancia que tenía el paraguayo en la estructura defensiva de aquel equipo granate que capitaneaba Maximiliano Velázquez, hoy parte del cuerpo técnico de Boca.
"Recibimos muy bien el mensaje de Jorge, él se hace entender. Salimos jugando, tenemos tres o cuatro opciones de pase siempre y da gusto jugar así, de esta manera", explicaba el paraguayo en una entrevista con El Gráfico en 2016.
El vínculo entre Gómez y Boca tiene de todo: una expulsión, un gol y una montaña rusa de idas y vueltas con su posible transferencia que jamás se concretó.
El 23 de octubre de 2015, Gómez vio la tarjeta roja en la derrota de Lanús 2-0 contra Boca por las semifinales de la Copa Argentina que luego ganaría el Xeneize.
La revancha personal llegó el 1 de noviembre de 2018, cuando Gómez convirtió un gol de penal para poner en ventaja a Palmeiras en la revancha de las semifinales de la Libertadores. Sin embargo, el empate 2-2 gracias a Benedetto le alcanzó al equipo de Guillermo para llegar a la final tras haber conseguido el triunfo 2-0 en La Bombonera. Aquella historia no terminaría bien para Boca, ya que perdió ante River la famosa final de Madrid.
Desde que brillaba en Lanús, Gómez fue un objetivo de los dirigentes de Boca para reforzar a su plantel. Rumores, acercamientos y sondeos hubo muchos, pero en 2018 la transferencia estuvo a punto de concretarse. El defensor ya había llegado a un acuerdo, viajó a Argentina, se hizo la revisión médica, dio entrevistas y hasta se sacó fotos con la camiseta azul y amarilla. Pero algunas modificaciones en las condiciones del contrato hicieron caer la operación.
Se viene un duelo entre dos poderosos del continente, con Gustavo Gómez como uno de los protagonistas para seguir de cerca.