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La ganó Nacional, se festejó en el país: 35 años del primer título de Libertadores

La alegría por el título de la Copa Libertadores de Nacional en 1989 se sintió como triunfo propio en buena parte de Colombia, aún entre marcadas rivalidades regionales. Fue un alivio en una de las épocas más difíciles del país.

El ambiente convulsionado de violencia con explosiones en las ciudades cedió por un par de días a partir del 31 de mayo de 1989. Esa tregua limitada permitió celebrar el primer título internacional de nuestro fútbol. Un festín de alegría colectiva que unió algunos colores después del drama de los 18 penales cobrados en El Campín.

Leonel Álvarez eligió el palo derecho. Ahí cruzó la pelota con engaño al portero de Olimpia, Ever Almeida. "Gol, gol, gol. Colombia campeón de América, Nacional campeón de América", bramó el relator por televisión en ese anuncio inicial de gloria.

Ese gol del antioqueño cortó con la desazón por las cuatro finales perdidas anteriores. Hubo menos euforia en el Valle y Bogotá, por las rivalidades futbolísticas, pero esa Copa representó a los demás.

"Creo que, desde ahí, nosotros como país, le regalamos algo importante a nuestro país. Por ese tiempo las cosas en nuestro país estaban muy difíciles, mucha violencia y yo creo que ese título fue como un bálsamo, como para que la gente realmente creyera en el colombiano. Un equipo criollo, un equipo nacional sacó la cara. Una alegría máxima", le dijo a ESPN, el exdefensor Luis Carlos Perea.

Nacional lo consiguió con solo colombianos. Fue el equipo de los puros criollos con identidad bien definida.

"Fue revolucionario. Puros criollos y un módulo 4-2-2-2 con un muy trabajo táctico en defensa. Se habló del achique y el agrande atrás. Y la curva de los defensores de manera pendular como un solo cuerpo", recuerda el periodista Luis Arturo Henao, para la época en RCN Radio Medellín.

Clasificó segundo en el grupo completado por Millonarios, Emelec y Deportivo Quito. Ganó dos partidos, empató tres y perdió uno. En octavos eliminó a Racing y repitió ante los Embajadores en cuartos de final. La serie fue traumática con reclamos arbitrales, pierna fuerte y la hostilidad que hasta hoy se mantiene.

En las semifinales se cruzó con Danubio en el despegue futbolístico del atacante Albeiro Usuriaga. Hizo cuatro goles en el 6-0 del Atanasio Girardot. Fue el último partido de esa campaña en el estadio antioqueño. La final se jugó en Bogotá pues su capacidad era insuficiente.

Olimpia le ganó 2-0 en Asunción. Empató la llave en El Campín en el segundo tiempo y llevó al arco norte del estadio capitalino la definición por penales. René Higuita atajó cuatro, sus compañeros fallaban y la tanda se hizo interminable. Hasta el turno de Leonel...

Con esa Libertadores, Nacional construyó su prestigio continental. Dio el primer paso para establecerse como el Rey de Copas. Forjó un estilo, inmortalizó ídolos: Higuita, Luis Fernando Herrera, Andrés Escobar , Alexis García, Luis Fajardo, Perea, Álvarez, Usuriaga, Maturana...

Además, alegró a los colombianos. Misión cumplida.