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Los 'puros criollos': del éxito con Nacional en 1989 a ser la base de una Colombia mundialista

Al Nacional campeón de Copa Libertadores 1989 se le conoce como los 'puros criollos' porque tenía solo futbolistas colombianos. También fue la base de la Selecció|n Colombia que regresó a los Mundiales.

La buena campaña de Francisco Maturana con Once Caldas en 1986 cambió la historia del fútbol colombiano. Fue el elegido para dirigir Atlético Nacional y, un par de meses después, a la Selección Colombia preolímpica de 1987. Alternó las funciones con buen criterio. Aunque no clasificó a los Juegos, su propuesta de fútbol lo puso en consideración de los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol para asumir en la mayor.

El buen manejo de la pelota fue el punto en común en sus dos equipos a cargo. El Verdolaga y la Tricolor fueron reconocibles por su juego de toques sucesivos y atrevido. Fantasía en la mitad, seguridad atrás y ataque explosivo. En otras palabras, la conducción de Carlos Valderrama y Bernardo Redín; la solidez de Andrés Escobar junto con la garantía en el arco de René Higuita y los goles de Arnoldo Iguarán.

La base la conformaron varios de los 'puros criollos' que el DT chocoano eligió para su etapa en el conjunto antioqueño. Transfirió la misma idea a Colombia y ensambló una escuadra muy valorada por su fútbol.

"Eso estaba cantado, ellos lo hicieron de esa forma, se lo imaginaron, lo trabajamos y por eso el fútbol colombiano logró una relevancia en el mundo con un fútbol diferente, fresco, un fútbol que gustó y que hasta hoy esa gran Selección ha sido recordada por toda la afición colombiana, porque realmente teníamos un fútbol que enamoraba a la gente en nuestro país", explicó Luis Carlos Perea en charla con ESPN.

Gustó en la primera competencia oficial. Terminó tercera en la Copa América 1987 de Argentina, destacada por su identidad lírica. En sus giras por Europa del año siguiente cosechó elogios. Sus mejores logros los tuvo en 1989 con ambas camisetas. Campeón de América y clasificado al Mundial Italia 1990.

"Por eso en los entrenamientos, en los amistosos, fuimos afinando, sobre todo con los jugadores que no eran de Nacional, caso "Pibe" Valderrama, Bernardo Redín, Rubén Darío Hernández; Pacho hizo uso oportunamente de ellos y les metió la información que ya nosotros teníamos, además, nosotros los jugadores ayudamos con eso. Por esa época estaba saliendo Fredy Rincón, que fue jugador insignia nuestro en el Mundial del 90", dijo.

La era de los puros criollos en la Selección se extendió hasta 1994 con el 5-0 en Buenos Aires a bordo. Tras la eliminación del Mundial de Estados Unidos en primera se fue Maturana. Su legado persiste en el tiempo.