Gabriela Guillén, jugadora del Thor/KA de Islandia, se ha convertido en una de las referentes del futbol femenino en Costa Rica; sin embargo, para lograr eso tuvo que superar distintos procesos que le ayudaron en su formación, crecimiento y madurez.
Su pasión por el balompié aparece desde que estaba muy pequeña, en efecto, todo inicia desde que estaba en primer grado de la escuela, a sus papás les gustaba observar los partidos y en su familia era complicado que a nadie le atrajera el deporte.
“Vengo de una familia muy futbolera y mis papás siempre se sentaban a ver los partidos. Recuerdo que una vez, cuando estaba en primer grado, mis papás me daban plata para comprar algo en la soda, pero yo la guardaba y una vez llegué a la casa con un uniforme gigante”; dijo Guillén a ESPN.co.cr.
Hoy, a sus 27 años, la jugadora costarricense agradece a sus padres porque siempre estuvieron anuentes a apoyarla, incluso reveló que en varias ocasiones salieron en su defensa ante profesores, directores o compañeros que no veían bien que practicara futbol.
“Mis papás siempre estuvieron anuentes a que yo practicara deporte, al inicio estaba en atletismo, pero luego empecé en una escuelita de futbol de Saprissa Femenino. Ellos lucharon contra profesores y directores de la escuela que no veían bien que jugara solo con hombres”; confesó.
“Una vez tuve una pelea con un compañero en la escuela que no me quería dejar jugar, inclusive mis papás salieron a defenderme. Uno lo veía normal porque simplemente seguía jugar era una ilusión, pero gracias a Dios después nunca viví algo feo”; añadió.
Si hay algo que marca la vida de las personas son todos aquellos esfuerzos que se deben realizar para lograr una meta u objetivo. Para Gaby Guillén no fue la excepción. La jugadora debía equilibrar su tiempo entre su trabajo de ocho horas en una oficina con los entrenamientos.
“Cuando estaba en Costa Rica tenía que trabajar a tiempo completo durante ocho horas en una oficina de intérpretes. Por dicha tenía jefes que me entendían y me ayudaban con los horarios para acomodarlos de acuerdo a los entrenamientos. Era cansado, pero una rutina que debía hacer, pero al ver que ya soy profesional, eso valió la pena”; subrayó.
Guillén, por su parte, comentó que “la lucha constante contra todo tipo de estereotipos y, contra mí misma, ha sido mi inspiración en mi trayectoria porque si uno tiene el deseo de mejorar, siempre tendremos la capacidad de salir adelante”.
Para la futbolista tica, el deporte no es simplemente un pasatiempo, sino una de las mejores armas para empoderarse como persona, pues gracias a la disciplina, ha logrado cumplir muchas metas en su vida.
“Para mí no es un solo un pasatiempo, es algo que ha marcado mi vida durante 14 años. Cuando estaba en el colegio tenía que faltar a actividades extracurriculares o no salir con mis amigos porque tenía algún entrenamiento, y no es algo que me obligaba, sino lo que yo quería. Eso me ayudó a ser disciplinada, tengo un camino marcado y las metas muy claras”; finalizó.