A Costa Rica han llegado entrenadores que su paso por la Selección Nacional es digno de olvidar, algunos llegaron con un amplio cartel y se aburrieron en el camino o simplemente su mejor momento futbolístico ya había quedado en el olvido. Sin embargo, también hay timoneles que han escrito su nombre con tinta dorada en los libros de historia del país, los cuales generaciones futuras aprenderán de su importante legado.
En ESPN con la ayuda del periodista y estadígrafo, Alex Calderón reseñamos los cuatro entrenadores que más han marcado a la Selección Nacional de Costa Rica.
Jorge Luis Pinto Afanador
El nombre del entrenador colombiano, Jorge Luis Pinto está escrito en los corazones de los aficionados del fútbol costarricense por el octavo lugar conseguido en la Copa del Mundo de Brasil 2014. Estuvo al mando de la tricolor en dos ocasiones; superando en ambas el 50% de rendimiento. Del 2004 al 2005 dirigió al conjunto patrio en 15 partidos, ganando siete encuentros y empatando cuatro cotejos, manteniendo esa misma cifra en derrotas contabilizadas. Llevó a Costa Rica a la cita mundialista de Brasil asumiendo todo el proceso, del 2011 al 2014 entrenó al conjunto nacional en 52 partidos, ganando 24 cotejos, contabilizando un rendimiento del 55.13%, con apenas 14 derrotas y la misma cantidad de empates durante esa brillante gestión.
Alexandre Borges Guimarães
Nacido en Brasil, pero con el corazón costarricense, el nacionalizado ‘Guima’ es el entrenador tico con mayor suceso a nivel internacional, alcanzando trofeos de campeón en tres confederaciones diferentes; CONCACAF (Saprissa), CONMEBOL (América de Cali) y el Al Wasl SC (AFC). Como estratega de la Selección Nacional de Costa Rica se le recuerda por haber clasificado a la tricolor a dos Copas del Mundo consecutivas, Corea – Japón 2002 y Alemania 2006. En su primera etapa como entrenador de Costa Rica dirigió a la tricolor en 33 encuentros, cosechando 15 victorias, nueve empates y misma cantidad de derrotas. Fue el encargado de dirigir a los ticos en el ‘Aztecazo’. Para su segundo ciclo como entrenador de Costa Rica disputó 21 encuentros, con seis victorias, dos empates y trece derrotas. Además, Alexandre Borges Guimarães disputó Italia 90 como jugador de la Selección Nacional de Costa Rica. Sin ninguna duda un histórico del balompié de Centroamérica.
Antonio Moyano Reina
El exentrenador español Antonio Moyano Reina sentó las bases de una generación dorada para el fútbol de Costa Rica. Llegó al país en 1972 y tuvo tres pasos dirigiendo a la tricolor, 1980-1984, 1989 y 1991-1992. Se le recuerda ampliamente por clasificar y dirigir a la tricolor en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 y a su vez en las Olimpiadas de Los Ángeles 1984, logrando una gran victoria frente a Italia en esta última competición. Además, estuvo al mando de la tricolor en el inicio del proceso hacia la Copa del Mundo de Italia 90, por razones que aún no están claras dejó su puesto para que Marvin Rodríguez sellara la clasificación al primer Mundial Mayor donde Costa Rica tuvo participación. Dirigió a Costa Rica en 72 partidos obteniendo un rendimiento de 28 victorias, 22 empates, y misma cantidad de derrotas. Falleció en el 2010 dejando una huella imborrable en Costa Rica en clubes como el Club Sport Herediano.
Velibor "Bora" Milutinović
Su paso en Costa Rica fue fugaz, pero impactó demasiado y Bora es el serbio más querido en el país por su gran suceso al dirigir a la Selección Nacional en Italia 90. Un hito maravilloso en el balompié nacional. Llegó meses antes que iniciara la justa mundialista para hacerse cargo de la tricolor después de la salida de Marvin Rodríguez. Dirigió a Costa Rica en apenas nueve encuentros, logrando tres victorias y seis derrotas, con un rendimiento del 33.3%. A pesar de su rendimiento tan pobre, el serbio conquistó victorias trascendentales en la historia del fútbol de Costa Rica; ganó el primer encuentro de la tricolor en una Copa del Mundo frente a Escocia con el solitario gol de Juan Arnoldo Cayasso en el estadio Luigi Ferrari de Génova, Italia. También llevó a Costa Rica para vencer 2 – 1 a Suecia en el último cotejo del Grupo C de esa Copa del Mundo y clasificarla a los octavos de final. Su legado va más allá de dirigir a la tricolor en su primera Copa del Mundo, pues formó un grupo de jugadores experimentados y juveniles para mostrar profesionalización del balompié en Costa Rica, dejando de lado el amateurismo que reinaba en el balompié nacional en la década de los años 80.