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Bryan Cabezas, relanzar su carrera como su objetivo principal

Bryan Cabezas festeja con Ecuador. Getty Images

Bryan Cabezas quiere relanzar su carrera y volver a ser aquel jugador desequilibrante, que fue una de las figuras para llevar a Independiente del Valle a su primera final internacional. En 2016 condujo a los Rayados a pelear por el título de la CONMEBOL Libertadores, que finalmente terminó en manos de Atlético Medellín de Colombia.

Tras su gran momento fue fichado por Atalanta de Italia y con 19 años se marchó a probar su fútbol en esa liga. Sin embargo, el camino fue muy difícil y no logró la regularidad que deseaba, lo que hoy lo lleva a estar sin equipo y en la búsqueda de uno.

Hoy es jugador libre y volvió a su ciudad natal, Quevedo, para estar cerca de su familia y analizar las propuestas que le lleguen. Se entrena con Deportivo Quevedo, club de la segunda categoría, para mantenerse en forma y estar listo cuando pueda sumarse oficialmente a un equipo.

Pero eso no ha sido fácil. A inicios de año cerró su fichaje por el Deportivo Pasto de Colombia y se mudó a la ciudad fronteriza para empezar una nueva etapa. Estuvo unos 10 días entrenando con normalidad, pero después optó por finiquitar su vínculo.

¿Qué pasó con Bryan Cabezas en Deportivo Pasto?

Cabezas aseguró que el presidente del club, Óscar Casabón, lo perjudicó con sus declaraciones. Tras la salida ordenada del jugador, el directivo afirmó que el ecuatoriano no pasó las pruebas médicas, algo que el futbolista negó rotundamente.

“Llegué al club y me realizaron una revisión a simple vista. El presidente es doctor y nos vieron las rodillas, tobillos, a todos los que conformábamos la nómina. En ese momento estábamos muy bien e inclusive, como había tenido una lesión reciente, se enfocó en mí y vio que la rodilla estaba estable y en perfectas condiciones”, contó en entrevista con ESPN.com.ec.

Cabezas y el club acordaron una salida en buenos términos, para que no existan problemas judiciales después. Incluso el jugador cuenta con un documento del club en el que aseguran que físicamente esta apto y que en su tiempo en el equipo no tuvo ninguna molestia en la rodilla, algo que después adujo Casabón.

Ya en Ecuador, el quevedeño le escribió al presidente para aclarar la situación, porque eso lo perjudicaría. El presidente del Pasto optó por lo más sencillo en estas épocas: lo bloqueó de Whatsapp. “Hoy muchos clubes piensan que estoy lesionado y no es así. Con el Quevedo entreno normalmente y con partidos exigentes; no he tenido ninguna molestia”, añadió.

Para él, la revisión médica fue escueta: “El club no daba garantías. No hizo una prueba de esfuerzo, no hizo una prueba de corazón, ni de sangre. Simplemente tomó las medidas de grasa y a simple vista el presidente, con el médico del club, analizaban las rodillas, los tobillos y todos los jugadores que estuvimos ahí”.

En Pasto se fijaron mucho en su rodilla por una razón: en 2021 sufrió una lesión del ligamento cruzado, mientras jugaba en el Kocaelispor de Turquía. Su recuperación le tomó entre 6 y 7 meses y para el verano de 2022 estaba en buenas condiciones y listo para jugar.

Ahora, Cabezas entrena sin problema con el Quevedo. Por las mañanas está en el complejo del equipo y por las tardes, 3 veces por semana, hace fortalecimiento en un gimnasio. En casa comparte con su familia, mientras analiza las opciones que tiene para su futuro.

Él quiere relanzar su carrera y para ello considera que necesita estabilidad: “Lo ideal sería estar en un solo lugar. Estoy totalmente claro que es lo que necesito. Llenarme de confianza para ser ese jugador que fui en Independiente; estoy joven y tengo la oportunidad de realzar mi carrera, buscar representar a mi país y me dedico al 100% para eso”.

Por ahora cuenta que tiene un par de opciones, pero aún espera por definiciones. Gonzalo Vargas, quien era su representante, lo respalda en eso, pero él también tiene la posibilidad de buscar por su lado. “Uno necesita eso, extraña su trabajo. Quiero reactivar mi carrera y eso genera un poco de ansiedad. Pero a la vez debo estar tranquilo, porque algún momento llegará esa oportunidad”, aseguró el jugador.

Estabilidad es lo que menos ha tenido su carrera en los últimos años. Pues desde que se marchó al Atalanta eso quedó en utopía. Cambió de club muy seguido y pasó por Italia, Grecia, Brasil, Ecuador y finalmente Turquía.

Tras sus años en Independiente, ve con orgullo todo lo que ha conseguido. Él aportó para el primer hito del equipo y ahora disfruta los títulos que ha levantado Independiente, a nivel local e internacional.

Ahí se refleja y esperar encontrar el camino para brillar nuevamente. Con 26 años se ilusiona en recuperar su mejor versión y por qué no, llegar a la Tri.