La estancia de Juan Román Riquelme en el Barcelona no dejó mucho para destacar. El 10 que llegaba con grandes pergaminos desde Boca no iba a poder afianzarse con los catalanes y tras una temporada (2002/2003) iba a dejar el club para seguir sus pasos en Villarreal.
Sin dudas, su paso dejó como marca una tensa relación con el entrenador Louis van Gaal, quien pretendía hacerlo jugar en una función que el 10 no sentía.
Riquelme no encajaba en el estilo de juego del DT holandés: según Román, van Gaal le confesó puertas adentro del vestuario que él no lo había pedido, y que su llegada a Barcelona se debió a una decisión de la dirigencia.
Pese a todo, el arranque fue muy prometedor, en un partido de la pre Champions para lograr el pasaje a la fase de grupos. El estreno se dio un 14 de agosto de 2002, hace 20 años, ante el Legia de Varsovia, y el Barcelona se impuso por 3 a 0. Uno de los goles fue de Riquelme.
En esa jornada los blaugranas salieron a la cancha con: Víctor Valdés; Carles Puyol, Frank de Boer, Fernando Navarro; Luis Enrique, Thiago Motta, Xavi, Gaizka Mendieta; Javier Saviola, Patrick Kluivert y Phillip Cocu.
Riquelme no fue de la partida y estuvo en el banco de suplentes: entró por Luis Enrique a los 13 minutos del segundo tiempo y cuando faltaban 10 para el final del partido, con su equipo ganando 1 a 0, marcó el segundo tanto.
Román tomó el balón desde la derecha del campo de juego, encaró hacia el área y desde afuera sacó un gran remate que pegó junto al palo izquierdo del arquero para el 2 a 0 parcial. Un golazo, fiel a su estilo, y una estupenda carta de presentación. Luego, a poco del final, el holandés Cocu marcó el 3 a 0 definitivo.
El festejo fue con Topo Gigio incluido para que deliraran los hinchas catalanes en las tribunas, y levantando su camiseta para que se viera la leyenda dedicada a su hija: "Flopi, te amo".
En Polonia la serie iba a definirse con otra victoria por 1 a 0 del Barcelona, con gol de de penal de Mendieta, para que el club español se metiera en la fase de grupos.
En la Champions de esa temporada Barcelona cumplió un muy buen papel hasta los cuartos de final: luego de ganar su grupo en primera fase (lo integró con el Lokomotiv, Brujas y Galatasaray) y en la segunda también (ante Inter de Milán, Newcastle y Bayer Leverkusen), perdió con Juventus en cuartos de final.
Riquelme iba a jugar en esa temporada un total de 42 partidos, anotando seis goles. Pero estaba claro que no sentía cómodo con van Gaal, y el malestar era mutuo. El holandés llegó a decirle: "Usted es el mejor del mundo con la pelota en los pies, pero cuando no la tiene nos hace jugar con uno menos".
Van Gaal, de todos modos, iba a irse un tiempo después por malos resultados, y con Radomir Antic en el banco Riquelme iba a tener más consideración y más minutos en cancha. De hecho, de la mano del nuevo DT Román iba a levantar su nivel de juego, aunque nunca terminó de consolidarse.
Entre otras cuestiones, más allá de lo futbolístico, siempre se habló de una mala relación de Riquelme con varios referentes de ese plantel, quienes no terminaron de afianzar una buena convivencia con Román.
Cuando el DT serbio le dejó su lugar a Frank Rijkaard en la dirección técnica, el club decidió darlo a préstamo para que sume minutos en otro club de la Liga española: así llegó a Villarreal, donde sí iba a demostrar su mejor versión.
No es un dato menor que el club catalán había contratado a Ronaldinho nada menos, y que necesitaba liberar un cupo de extranjeros. Queda para los amantes del buen fútbol un sabor amargo por no haber podido disfrutar de dos talentos semejantes con la misma camiseta.
En Barcelona, durante esa temporada, Riquelme jugó partidos en la Liga, la Copa del Rey y la Champions League. Además, de los seis goles, sumó 11 asistencias. Y un gol con su sello como carta de presentación en el Camp Nou.