El Barça tuvo el mérito de no bajar los brazos pese a perder una ventaja de dos goles y estar contra la lona, y salió airoso de La Cerámica.
BARCELONA -- Al Barcelona, que nunca le benefició un juego loco, ganó en Villarreal un partido esquizofrénico. Comenzó sobreviviendo como buenamente pudo y agradeciendo un gol anulado, dejó el partido casi sentenciado al cuarto de hora marcando dos goles en sus dos primeras llegadas y acabó ganando, después de verse por debajo en el marcador en una remontada soberbia de su rival, con otros dos goles en un abrir y cerrar de ojos.
Agarrado al efecto Lamine Yamal, que volvió a ser su futbolista más impactante y decisivo, el campeón pasó por todos los estados anímicos posibles en el Estadio de la Cerámica, un escenario en el que no pierde un partido desde 2007 y en el que conquistó este domingo su quinta victoria consecutiva apartando del plano su horroroso rendimiento defensivo, donde tanto Sergi Roberto como Marcos Alonso fueron una rémora gravísima para su equipo.
Es el Barça un equipo al que Xavi pretende darle un sello futbolero, tocón, paciente y dominador y quizá por ello sorprendió tanto el argumento del partido frente a un rival al que Quique Setién también quiere dotar de esa personalidad Baena y Pedraza se multiplicaron en el momento más trágico para los amarillos y devolvieron la vida a un equipo moribundo.
Y el campeón, incrédulo, se vino abajo sin saber cómo responder cuando contempló que aquello que adivinaba un triunfo tan cómodo como probablemente injusto a lo visto en el césped seconvertía en un drama.
Sorloth igualó el 0-2 cerca del descanso (en una jugada que incluso validada por el VAR dejó la duda en elambiente) y quedó patente la necesidad quetiene el Barça por cerrar ese fichaje de Cancelo por cuanto Sergi Roberto, lateral de urgencia, pasó un calvario en defensa. Le ganó Foyth la posición y el salto en el 1-2 y quedó despistado en el 2-2... Y otra vez retrasado en el 3-2. Queriendo pero sin poder como le ocurría igualmente en la banda izquierda a Marcos Alonso.
Todo lo que ofrecía Lamine Yamal, lo que mostraba Gundogan y acompañaba De Jong quedaba en nada ante ese drama defensivo que al comenzar la segunda parte le condenaba a una derrota impensable y no recordada. Había que volver a remar hacia adelante... Y se consiguió primero gracias a Ferran Torres, salvador con el 3-3 tras entrar en el partido en un momento determinante, y por fin gracias, otra vez, a Lamine Yamal, al que frenó el poste antes de que, por fin, se estrenase Lewandowski.
Ganó el Barça un partido impensable. Muy agradecido para el espectador entre dos equipos que quisieron ganar, que no se conformaron con defender ni especular y cayó del lado del campeón por su mayor acierto final y, también, por no rendirse en una segunda parte que, futbolísticamente, fue excelente.