Ilkay Gündogan y Jude Bellingham resultaron ser los protagonistas en su primer El Clásico español, pero el inglés se llevó todos los flashes con el doblete ante Barcelona para darle la victoria 2-1 a Real Madrid en Montjuic, y recuperar la punta en la fecha 11 de LaLiga.
Fue un Clásico de baja intensidad, con el ritmo que le quedó cómodo a los catalanes ante un rival incapaz de inquietarlo. Pero el gol del inglés aceleró todo en la recta final.
Fue un primer Clásico con una buena actuación de Gündogan, quien hasta ahora, no había podido anotar goles con la camiseta culé. Pero, como siempre, su aporte fue significativo en el armado del juego desde el mediocampo, con una excelente precisión en los pases.
Fue un Clásico que parecía ser decepcionante para Bellingham: desaparecido, intrascendente. Hasta que se redimió con el gol y le dio un segundo aire al Madrid para ir en busca de la victoria, que él mismo selló con el doblete en tiempo de descuento.
El equipo de Carlo Ancelotti tuvo la intención de hacerse del balón en el inicio y los de Xavi Hernández aceptaron cedérselo para salir de contragolpe. Pero aún en ese breve período en el que Merengue tuvo la iniciativa y la pelota, nunca fue profundo. Ni Vinicius Junior ni Jude Bellingham pudieron generar nada, ni un remate al arco en toda la primera parte. Las más claras las y tuvieron Antonio Rudiger, que reventó el palo en el primer tiempo y Aurélien Tchouaméni, con otro tiro desde afuera
Y Barcelona empezó a crecer y a avanzar en el terreno ante la inofensividad del rival. Con menos toques consiquió más profundidad y peligrosidad. Aunque la diferencia en el marcador fue la mínima y favorecida por la pasividad de la defensa merengue ante la pared construida entre Ilkay Gündogan y Ferrán Torres, finalizada por la definición del alemán, mano a mano con Kepa.
Ese dominio del local no se cortó por el descanso, sino que tuvo continuidad en la segunda parte y, entre el palo y arquero, evitaron el 2-0 a los 50, primero con el disparo de Fermín al poste y luego con el manotazo salvado ante Ronald Araújo.
Carlo Ancelotti, inquieto y disconforme junto a la línea de cal, buscó la reacción del Real Madrid y los cambios con los ingresos de Eduardo Camavinga, Luka Modric y Joselu le dieron resultado: el Merengue aceleró, apretó contra el área catalana y con un golazo desde afuera de Bellingham, el dominio pasó, definitivamente, a manos madrileñas.
Barcelona se desdibujó ante el atropello de camisetas blancas. En esos poco más de 20 minutos finales, el conjunto de la capital se animó a pegarle a al arco, algo que no hizo en todo el primer tiempo. Así, de atropellada, se llevó el Clásico. Con el doblete de Bellingham en el segundo minuto de descuento, empujándola para el 2-1. Así lo ganó el Madrid. Y en el olvido quedará que fue un Clásico parejo y repartido y el gol de Gündogan, porque todas las tapas serán para Jude.