El portero de 24 años lleva tres partidos en el Barcelona ante la lesión de Ter Stegen y ha respondido a la confianza de Xavi al grado de que no ficharán en dicha posición.
BARCELONA -- Iñaki Peña afronta a partir de este domingo, frente al Girona, su verdadera prueba como portero del Barcelona. Será su cuarto partido consecutivo sustituyendo a Marc-André Ter Stegen, quien fue operado el jueves en Francia y al que no se espera de regreso durante al menos dos meses. Será el cuarto, sí, después de Rayo Vallecano, Porto y Atlético de Madrid... Pero el primero con mando en plaza, sabiendo que la portería es suya.
"Está preparado de sobra", se afirma desde el vestuario, donde sus compañeros más cercanos no ocultan la alegría que les supone ver a Iñaki como titular del primer equipo. "Una cosa es jugar un partido cada cuatro meses, con suerte, y otra saber que tienes tres meses consecutivos por delante" refiere uno de ellos, convencido de que la hinchada acabará entregada a él.
Que ello pudiera servirle para amenazar la titularidad de Ter Stegen ya son palabras mayores... Pero, de entrada, sostienen sus más cercanos, el alemán verá en Peña a un competidor de verdad y no simplemente a su suplente habitual.
El alicantino, de 24 años, ha recorrido un largo camino hasta este momento. Llegó al club hace una década desde la academia del Villarreal para jugar en el cadete, donde coincidió con Òscar Mingueza, Àlex Collado, Riqui Puig o Dani Olmo bajo la dirección de Quique Álvarez. Y a partir de ahí fue haciéndose un nombre en la cantera azulgrana, sobresaliendo por su solvencia, seguridad, reflejos... Y una seriedad en el trabajo diario que sorprendía, por la edad, a todos los entrenadores.
Esa capacidad de trabajo ha sido una de sus cualidades innegociables. Lo era en la cantera y se mantiene en la actualidad. "Es un tema mental. Siempre está atento, siempre está dispuesto. Cuando acaban los entrenamientos y los delanteros se dedican a lanzar faltas, ahí está él sin pensar en marchar al vestuario. Siempre ha sido así" se destaca de su compromiso con el día a día.
Coincidió su crecimiento con la explosión de Arnau Tenas y, también, con el asentamiento de Ter Stegen en el primer equipo. Destacaban Iñaki y Arnau en la cantera a ojos de todos los técnicos, pero suspirar con, algún día, hacer sombra al alemán se consideraban palabras mayores. Quizá un reto inalcanzable...
Y eso que hubo un tiempo en el que Iñaki Peña y Arnau Tenas recordaron a Víctor Valdés y Pepe Reina. Amigos, compañeros y competidores en el Barcelona Atlético, eran vistos entre los responsables del futbol base del Barça como porteros con perfil del primer equipo. ¿La diferencia? Hace 22 años, en 2001, la portería azulgrana era un galimatías y en 2023 la figura de Ter Stegen se antoja intocable.
Reina primero y Valdés a la postre ganaron la carrera a Dutruel y Bonano (y al malogrado Robert Enke) y la meta del Barça, por primera vez en tres décadas (desde Sadurní), quedó en propiedad indiscutible de un canterano, Víctor Valdés, que hasta 2014 jugó 536 partidos para convertirse, a decir de muchos, en el mejor portero de la historia del club.
Desde entonces... La nada. Andoni Zubizarreta, director deportivo en aquel momento, eligió a Ter Stegen como sucesor de Valdés y Luis Enrique, el entrenador que llegó en lugar de Gerardo Martino, exigió la incorporación de ClaudioBravo por considerar inexperto al alemán.
André Onana se marchó al Ajax y el tercero en discordia, el catalán Jordi Masip, apenas si jugó cuatro partidos en tres temporadas hasta marchar en 2017 al Valladolid. Pasaron Cillessen y Neto tras la salida de Bravo mientras Ortolá ocupaba la tercera plaza al tiempo que en la cantera crecían Peña y Tenas, sobresaliendo sus cualidades, a decir de los técnicos, de entre todos los demás y llamados a ocupar en un futuro cercano el banquillo, claro, del primer equipo.
Extrovertido en el campo, con carácter de líder y culé de nacimiento, Arnau se vio afectado por la política de recortes en el club, que no renovó su contrato en los términos firmados dos años antes y dejó que se fuera, muy a su pesar, al PSG el último verano. Para entonces ya había renovado Iñaki hasta 2026, convertido en la sombra de Ter Stegen y tras pasar medio curso (entre febrero y mayo de 2022) cedido en el (Galatasaray, donde mostró su capacidad tanto deportiva como mental, en el siempre infernal ambiente turco.
La pasada temporada tuvo un momento especialmente delicado. Xavi, que diciembre le puso en el partido intrascendente de Champions frente al Viktoria Plzen, confió en él para la Copa. Jugó ante el Intercity y el Ceuta... Pero al llegar a cuartos de final, emparejado el Barça con la Real Sociedad, el entrenador devolvió a Ter Stegen a la titularidad, que mantuvo en la eliminatoria de semifinales contra el Madrid. Y esa decisión del entrenador provocó tanta decepción como dudas en el alicantino... Quien se revolvió contra su situación aceptando la renovación pocos meses después.
"Tenía propuestas de Primera División y del extranjero pero no quería dejar el Barça sin haber dado todo lo que tenía y por eso aceptó" se explica desde el vestuario. Y, de pronto, el 17 de noviembre, Ter Stegen abandonó la concentración de la selección alemana por "problemas en la espalda".
Desde entones el internacional germano ni llegó a ejercitarse y lo que fue un estreno sorpresa en Vallecas, pasó a ser más lógico y esperado ante Porto y Atlético en Montjuïc. Y a partir de aquí Iñaki Peña tendrá por delante al menos una docena de partidos para demostrar fielmente que la portería del Barça está en buenas manos y, quien sabe, soñar incluso con competirle la titularidad a Ter Stegen. Aunque, de entrada, eso sea, hoy por hoy, mucho suponer