El equipo que dirige el mexicano está cerca del ascenso directo a Segunda luego de una racha brillante y de la capacidad de adaptarse para surtir futbolistas al primer equipo.
BARCELONA -- El Barcelona Atlético ya contempla el ascenso directo a la Segunda División como un objetivo a su alcance. El filial azulgrana dirigido por Rafa Márquez venció el domingo (2-3) en Pamplona al Osasuna Promesas y sumó de esta manera su cuarta victoria consecutiva, aumentando hasta once los partidos sin perder (nueve victorias) y manteniéndose en segunda posición, solo un punto por detrás del Deportivo de La Coruña en la que es su mejor racha de la temporada.
A ocho jornadas para acabar el campeonato tiene casi asegurada una plaza en el play-off de ascenso (aventaja en nueve puntos al sexto clasificado) y suspira con rebasar al Deportivo, al que deberá visitar en Riazor el 12 de mayo en una antepenúltima fecha que a estas alturas se aventura decisiva en la suerte del torneo.
Desde que acabó la primera vuelta perdiendo por 2-0 en su visita al Arenteiro y en séptima posición de la tabla, acumulando cinco jornadas sin ganar, la reacción del Barça Atlètic ha sido monumental: ha sumado 29 de los 33 puntos en disputa, cediendo apenas dos empates frente a Logroñés y Real Unión, para ascender al segundo puesto y en compañía del mismo Deportivo, que cuenta con una racha idéntica desde que comenzó la segunda mitad del campeonato.
La gestión de Márquez al frente de su joven e inexperto vestuario se adivina tan encomiable como soberbia, obligado a cambiar de planes a cada semana que pasa por las necesidades de la primera plantilla, que si de un día para otro le dejó sin Cubarsí, ha ido tomándole futbolistas clave como Casadó, Hèctor Fort o Marc Guiu.
El entrenador mexicano, sin embargo, no solo se ha adaptado a las circunstancias; más aún ha sabido sacar el máximo provecho de un grupo de futbolistas cuya ambición e intensidad se ha multiplicado en los últimos meses, con la eclosión última de Guille Fernández, quien en Pamplona se convirtió el domingo en el debutante más joven de la historia del filial (15 años y 287 días) superando la marca que mantenía Lamine Yamal.
Márquez mantiene su perfil discreto y tranquilo, centrado en el trabajo diario y manteniéndose al margen, de momento, de la propuesta de renovación que hace algo más de un mes le trasladó el club de cara a la próxima temporada para que siga al frente de un filial cuya esperanza de ascender de categoría es hoy una realidad.