BARCELONA -- Ni Nolito, ni Denis Suárez ni nadie. Por insólito que parezca, el FCBarcelona, campeón de todo y considerado el mejor club del mundo, no pudo cerrar ninguna incorporación en el mercado de invierno por un problema económico.
El nivel de deuda y el balance que abruma al Barça, sumados a la preocupación cada vez mayor que existe con el contrato de patrocinio de Qatar, provocaron que el club no accediera a las reclamaciones de Luis Enrique, quien hasta el último fin de semana confió en dar un golpe de efecto con la llegada del delantero del Celta.
“Hubo una negociación y por nuestra parte hicimos todo lo posible y hasta lo imposible. Ofrecimos alternativas, incluso más de lo que pudiéramos, pero el Celta no cedió” explicó el vicepresidente azulgrana, Jordi Mestre, quien dio por hecho que desde el club se intentó hasta el último momento dar la vuelta a la situación.
El Barça mantuvo abierta la puerta para la salida de Sandro, ofrecido al Celta y que mantenía la opción de una cesión con dos clubs ingleses, e intentó desencallar la operación con Nolito ofreciendo en último caso al Celta una compensación en verano superior al millón de euros. Y, también, un derecho preferencial por un listado de futbolistas de la cantera.
“El Celta ha querido ir tanto a lo seguro, sin fiarse del Barcelona, que quizá sea el que más pierda a la larga con esta operación fallida” expresó a ESPN una fuente del club azulgrana, donde más allá del convencimiento de Luis Enrique existían algunas dudas respecto a su incorporación.
En los despachos del Camp Nou se siguieron las directrices del entrenador asturiano por una simple lógica deportiva, por su mando y, también, por el aval que ofrecen los resultados y títulos cosechados, pero la contratación de un jugador de 29 años y el desembolso total que hubiera provocado despertó no pocas reticencias entre los ejecutivos del club.
La llegada de Nolito, cedido, habría desembocado en su fichaje obligatorio el próximo verano, con un desembolso de 18 millones de euros (más otro de compensación), y un contrato para el futbolista de al menos cuatro temporadas, con un salario bruto superior a los cuatro millones.
Una operación final de 35 millones de euros, aunque eso sí, computable entre los años que permaneciera el delantero andaluz en el Camp Nou. Hoy por hoy su fichaje en verano no se contempla, si bien la situación podría variar.