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Johan Cruyff, por siempre en el Barcelona

BARCELONA -- Decir que Johan Cruyff cambió el fútbol podría parecer osado. Afirmar que cambió el Barcelona es una realidad. Perdón, es, simplemente, la realidad.

“La simpleza con que transmitía las ideas le hacía especial. Cada día era un aprendizaje. Una clase maestra” explicó desde Austria Òscar García, surgido de la cantera a sus órdenes, hoy entrenador del Salzburgo y uno de los que simboliza, desde el banquillo, la filosofía que Cruyff instauró en el barcelonismo.

Al Johan Cruyff futbolista le fichó un presidente en 1973 para que el Barcelona dejase de ser un segundón y al Johan Cruyff entrenador le fichó otro presidente para salvar su cabeza, cuando todo el mundo pedía su dimisión. Pero más allá de Agustí Montal, el primero, y Josep Lluís Núñez, el segundo, la imagen y personalidad arrolladora del ‘holandés volador’ trascendió todo lo imaginable alrededor del Camp Nou.

Sin Cruyff no habría existido Guardiola porque a Pep le sacó del filial, sin que ni fuera titular, Johan cuando era un joven delgado y desconocido. Sin Cruyff no se conocería el rondo porque fue él quien lo marcó a sangre y fuego en el Barça. Sin él… Este Barça mayúsculo y monumental que es la envida del planeta fútbol probablemente no existiría.

Todos quienes tuvieron relación con el futbolista, el entrenador, el opinador y el filósofo tienen su particular anécdota. Cuando los periodistas podían intimar con el vestuario, el Johan entrenador del Dream Team sabía dirigirlo todo con una mano tan invisible como firme.

Johan Cruyff nos hizo creer a todos que el Barça era el mejor pero, más aún, fue capaz de trasladar esa sensación fuera del Camp Nou, lejos de Barcelona, y clavarla en el corazón mismo del Real Madrid, que por dos años seguidos se dejó un título de Liga que podía ganar y que regaló al Barça desde Tenerife. Y como él, Cruyff, tenía ‘flor’, repitió la jugada un tercer año, más difícil todavía, con un penalti en el último minuto que falló Djukic para el Deportivo.

El paso de los años borra del plano escenas como aquellas, momentos irrepetibles que se guardan en la retina y se catapultan en estos instantes de pesar. Un pesar que no viene de sorpresa por cuanto hace semanas que se sabía que la salud le abandonaba.

Cuando hace dos semanas se suspendió una presentación conjunta entre su fundación y el FC Barcelona la sospecha dio paso a la alarma porque se conoció que el fatal desenlace estaba cerca. Desde octubre luchaba contra un cáncer que acabó por llevárselo este 24 de marzo de manera cruel.

Rebelde con causa y personaje intransferible, Cruyff convirtió el victimismo del Barcelona en osadía. El entrenador que llegó para salvar a un presidente acabó completando una misión mucho mayor: salvó al Barça de sí mismo.

“¿Si no crees, para qué vienes? Le soltó a un periodista incrédulo en una de aquellas Ligas bestiales. Nadie pudo, nunca, sorprenderle con la palabra porque su discurso, arrollador, solamente se pudo comparar con su sabiduría futbolística.

Johan nos ha dejado en cuerpo pero su alma no abandonará al Barcelona. El fútbol en general, con la selección española al frente, le deben pleitesía a Cruyff y alrededor del Camp Nou su leyenda permanecerá eterna.