BARCELONA -- Thomas Vermaelen, el fichaje que en el verano de 2014 presentó Andoni Zubizarreta en Barcelona como un jugador “de rendimiento inmediato”, viajó este domingo a Italia para someterse a revisión médica y cerrar su cesión a la Roma.
El defensa belga jugará debería jugar esta temporada en el club italiano, que se reserva una opción de compra en mayo de 2017 por una cantidad no revelada pero que podría oscilar entre los 10 y los 14 millones de euros, haciéndose cargo la Roma de su salario (estimado en 3,5 millones de euros).
Vermaelen cerrará de esta manera dos temporadas para el olvido en el Camp Nou, donde la sentencia del antiguo director deportivo del Barça le han perseguido silenciosamente para convertirle en uno de tantos fiascos en el mercado de fichajes del club. “Llegó lastimado del Mundial de Brasil y eso le pesó” explicó a ESPN una fuente de la entidad azulgrana, quien admitió que el acuerdo con la Roma supone “un alivio” porque ni Luis Enrique contaba con él ni él estaba decidido a marcharse de cualquier manera.
Ofrecido a varios clubs de la Premier, su alto salario, condición que exigía el jugador mantener por encima de cualquier otra consideración, frenó cualquier acuerdo, siendo el West Ham el equipo que más cerca estuvo de contratarle pero frenándose al final por cuanto el Barcelona, a diferencia del caso de Alex Song, no estuvo nunca dispuesto a compartir la ficha de Vermaelen.
Fichado por 15 millones de euros más distintos bonus que podían elevar su precio hasta los 19, Vermaelem apenas se alineó en un partido oficial en la temporada 2014-15 (el último e intrascendente de Liga frente al Deportivo) debido a los problemas de isquiotibiales con los que llegó al club.
Disputó un amistoso de entrenamiento frente a la selección de Indonesia con el Barça B en septiembre y en diciembre fue operado del músculo semitendinoso, para quedar ya apartado del grupo hasta mediados de abril, jugando ese encuentro del cierre de Liga frente al Deportivo (el 23 de mayo de 2015) con la esperanza de, en su segundo curso, recuperar el tiempo perdido.
CLANDESTINO
Pero a ojos de Luis Enrique, quien de cara a la opinión pública siempre tuvo buenas palabas de él, Vermaelen ya había quedado relegado a un segundo o tercer plano, junto con Bartra y siempre por detrás de los Piqué, Mascherano y Mathieu. Diez apariciones en la Liga, con un solitario gol frente al Málaga, seis en la Copa y cuatro en la Champions fueron el bagaje del defensa belga en su segunda campaña, habitual en el banquillo pero poco menos que clandestino en el terreno de juego.
Al acabar el curso su nombre ya estaba instalado entre los señalados para abandonar el club y tras entenderse que sería imposible recuperar la inversión por su fichaje con un traspaso se convino la opción de una cesión que, con opción a compra, se acordó finalmente con la Roma.
Concretada su salida, a falta de ser oficial, Vermaelen se sumará a Bartra, Adriano, Sandro y Montoya, que ya dejaron el club y a la espera de solucionar los casos de Tello (cercano se afirma a la Fiorentina) y Douglas, cuyo futuro, de momento, sigue enquistado por su negativa a abandonar España.