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Cristóbal Parralo, el último 'hijo' de Cruyff

Cristóbal Parralo, técnico del Depor. Getty Images

BARCELONA -- Entrenador “por vocación” aunque le costase dar el paso hasta la élite después de una fallida aventura en el Girona, Cristóbal Parralo se reconoce a pesar de los años transcurridos, tocado por el recuerdo de Johan Cruyff. No trabajó demasiado a sus órdenes: solamente cuatro meses en el verano de 1988 y una temporada entera, la 1991-92, pero le quedó el poso.

Así que es otro de sus hijos en el banquillo. Como Guardiola, Koeman, Eusebio, Oscar, Laudrup, Cocu, De Boer o tantos otros que a su manera han expandido la filosofía del holandés. Cada uno a su manera, claro.

Cristóbal se estrenará este domingo como entrenador en el Camp Nou. Lo hará dirigiendo al Deportivo, cuyo banquillo tomó con urgencia por el despido de Pepe Mel y tras demostrar en el Fabril, el filial, que a pesar de su tardanza en dar el paso estaba preparado.

Compañero de Valverde en el Barça durante apenas tres meses en la temporada 1988-89, cuando Cristóbal regresó al Camp Nou de su cesión al Logroñés Ernesto ya era futbolista del Athletic de Bilbao. Cruyff le alternó en el lateral derecho con Albert Ferrer y participó en los primeros 14 partidos oficiales de la temporada 1991-92. Titular en el increíble 3-1 de Kaiserslautern, el 6 de noviembre de 1991, una lesión le apartó del plano… Y su carrera como azulgrana se acabó.

El defensor andaluz apenas disputó otros cuatro partidos oficiales hasta la conclusión de aquella campaña mítica que se cerró con el primer derrumbe del Real Madrid en Tenerife dos semanas después de la conquista, en Wembley, de la primera Copa de Europa del Barcelona y a partir de ahí, entendiendo que su protagonismo iba a quedar muy a la sombra de Ferrer, se buscó la vida lejos del club de su vida, fuera del Barça.

Hasta su retirada en el verano de 2003, siendo a sus 35 años indiscutible en el PSG junto a Pochettino y Ronaldinho, Cristóbal dividió su carrera en Oviedo y Espanyol, además del club francés, y protagonizó la curiosidad de no ser nunca un periquito especialmente señalado por la afición del Barcelona, muy proclive a mostrarse contraria con ex jugadores canteranos que pasaron al club blanquiazul.

Director Deportivo del Espanyol hasta 2006, después de ser segundo de Luis Fernández y de Camacho, éste en el Benfica, en 2009 decidió pasar al plano como primero, sufriendo dos malas experiencias en el Santa Eulalia y Girona que le apartaron del escenario, convirtiéndose en director deportivo de la Damm (uno de los clubs punteros en fútbol base) hasta 2016, cuando quiso regresar a los banquillos y se marchó a Galicia, para dirigir al Fabril.

Campeón de su grupo en 3ª División, este curso iba lanzado en 2ª B cuando el 23 de octubre, tras la derrota del Deportivo frente al Girona, fue reclamado para sustituir a Pepe Mel al frente del primer equipo gallego… Y así, de la forma más inesperada, a Cristóbal le llegó el momento de entrenar en la élite.

Colega de Koeman y Laudrup, de Amor (además de amigo canterano), Bakero, Eusebio, Zubizarreta, Begiristain, Guardiola, Ferrer, Oscar, Carreras o Alexanko, Cristóbal Parralo acabó por convertirse en otro más de la factoría Cruyff que da el salto a un banquillo de Primera División.

Con Oviedo, Logroñés y Espanyol disputó 11 partidos en el Camp Nou contra el Barça entre 1989 y 1999. Los jugó todos enteros y todos los perdió. Este domingo se presenta como entrenador en un escenario que le sigue provocando “nostalgia”… Y lo hará con el reto de conseguir su primer resultado positivo.