La no tan sorpresiva derrota del Barcelona confirmó que la pesadilla no ha terminado, mientras el Girona da un paso a la élite y el Real Madrid celebra el título.
GIRONA -- El Girona le metió ocho goles en dos partidos al Barcelona y de paso le entregaron el título de Campeón al Real Madrid. Lo bailó en Montjuïc y le remontó con magnificencia en Montilivi, pasando del 1-2 al 4-2 en un ataque de rabia y de juego que desarboló a un ex campeón de Liga torturado y ejecutado en diez minutos eléctricos.
Diez minutos en los que Cristian Portu pasó de ser un agitador al perfecto ejecutor. Magnífico con dos goles y una asistencia ante un ya ex campeón de Liga que pudo, incluso, encajar una goleada de escándalo.
El Barcelona es de risa y el Girona ya es de Champions. Lo celebró la grada de Montilivi al tiempo que se llenaba la Plaza de Cibeles en Madrid para celebrar el título de Liga que ya conquistó el Real Madrid gracias al derrumbe de este Barça cuyo estado de ánimo es dramático.
Tuvo al Girona contra las cuerdas y no supo aprovecharlo. Cansado de piernas y de cabeza, el equipo de Míchel tiró de orgullo para mantenerse en pie agradeciendo las ocasiones erradas por Ilkay Gündogan, Fermín López y Robert Lewandowski, aunque el 1-2 al descanso no le ofrecía las mejores sensaciones. Todo lo contrario que un Barça que bien plantado en el centro del campo, dominó con calma y sin aspavientos esa primera mitad tan extraña.
Extraña porque marcó de inmediato, solo empezar, Andreas Christensen, y respondió al instante Artem Dovbyk, para rozarse el descanso con ese 1-1 curioso por el poco acierto del Barça ante portería hasta que el VAR, al límite del tiempo, le hizo ver al árbitro que Miguel Gutiérrez había cometido penalti sobre Lamine Yamal, que transformó Lewandowski para ir a vestuarios con ventaja.
Pero nada es lo que parece en el Barça. Manteniendo la cabeza fría y el control del juego, fueron pasando los minutos mientras el Girona daba la sensación de arrojar la toalla, no dar para más y conformarse, pensando en amarrar otro día la Champions y entregar la plaza de Supercopa al equipo azulgrana... Hasta que todo sucedió.
En el minuto 65 Michel agitó a su equipo dando entrada a Portu y en su primera intervención el delantero murciano anotó el empate gracias al obsequio/asistencia de Dovbyk... La euforia se desató en la grada y al cabo de dos minutos, nada más, Portu asistió en el 3-2 a Miguel. Descabezado, herido de muerte, perdido y destrozado el Barça, el Girona ya empezó a jugar con él como si fuera una marioneta... Y Portu, otra vez, inventó un zambombazo cruzado que Marc-André ter Stegen siguió con la mirada hasta la red.
Girona es de Champions, el Madrid Campeón y el Barcelona es de risa. Reír para no llorar alrededor de un ya ex campeón de Liga que entregó su corona en una tarde, otra, para olvidar. O, quizá, para recordar y tener muy presente. Para estudiar y conocer hasta dónde es capaz de caer.