BARCELONA --Presupuestos que rozan los mil millones de dólares, ingresos impensables hace apenas una década, patrocinios anuales de 300 millones y estudios para aumentar su poder financiero y mediático. El Clásico puede sentenciar, o no, la Liga pero la batalla que libran FC Barcelona y Real Madrid va mucho más allá del césped.
Los dos gigantes del fútbol español se han convertido en los dos clubs con mayor impacto mundial. Si en los albores del siglo XXI dicho mando lo disfrutó el Manchester United, que a lomos de Beckham primero y una excelente labor de marketing después tuvo la consideración de club con más seguidores en el mundo, la situación hace años que dio un vuelco.
Los Galácticos catapultaron al Madrid a un liderazgo que resistió el crecimiento del Barça de Ronaldinho pero fue la gloria futbolística de Guardiola, acompañada de Messi y la globalización definitiva, la que puso al club azulgrana en ruta, dirigiéndose a ese mando indiscutible y empezándolo a discutir en los últimos años.
“No se va a ganar siempre y hay que estar preparados para resistir el impacto negativo que se producirá cuando se haya retirado Messi” explicó a ESPN un especialista en marketing deportivo, colaborador de varios clubs y que resaltó la “fortuna” que han tenido Barcelona y Real Madrid en la coincidencia en el tiempo de Messi y Cristiano Ronaldo. “A nivel de marca ha sido primordial porque se han alimentado de su propia rivalidad”.
EXPLOTACIÓN DE MARCA
Barça y Real Madrid son dos grandes marcas futbolísticas que han comenzado a dejar muy atrás al Manchester United, se mantienen muy por delante del City, Chelsea o Arsenal y de los italianos… Pero empiezan a vigilar el crecimiento del PSG, apoyado por el peso indiscutible que le otorga la ciudad de París a un elenco de estrellas con Neymar al frente y que seguirá creciendo en los años inmediatos.
El Manchester City lleva su propia marca global creando clubs alrededor del mundo, como ha hecho en Estados Unidos y Australia principalmente y, también, con la adquisición de otros, como el caso del Girona.
Pero son los dos grandes del fútbol español los que dominan hoy por hoy la situación a través de sus propios medios. Sin necesidad de inyecciones propias como ocurre, por ejemplo, con Manchester City y PSG, Real Madrid y Barcelona rozan los 300 millones de dólares anuales en acuerdos de patrocinio y marketing.
De esta manera, su guerra fría y más importante a nivel de club no se desarrolla en el terreno de juego, sino en los despachos y entre grandes reuniones que significan acuerdos millonarios con un impacto mediático “que invita a otros”.
Cada club espera un movimiento del rival para responder con una mejora, con una exigencia que supere lo firmado por el rival para poder presentarse ante sus fans y los del oponente como el vencedor. “Goles de corbata” en una partida que se desarrolla a todo ritmo.
Ocurrió con el asunto del patrocinador principal. Así, pocos meses después de que entrase en vigor el acuerdo entre el Barça y Rakuten que le asegura al club azulgrana unos ingresos fijos de 65 millones de dólares por temporada hasta 2021, el Madrid respondió renovando su contrato con Emirates por un fijo anual de 83 millones, que no solo dejaban atrás al Barcelona sino que, igualmente, adelantaban al que en 2015 se consideraba sideral e inigualable trato entre el Manchester United y Chevrolet que le otorga a los diablos rojos algo más de 73 millones de dólares por campaña.
Más allá, los ejecutivos de ambos clubs mantienen un ritmo frenético. El Barcelona firmó hace algunos meses un acuerdo para abrir su primera franquicia en China, al margen del parque temático que abrió Messi y en el cual colabora.
Allí existirá una réplica del museo, la primera Escuela gestionada en el país, un parque temático a más pequeña escala, cafeterías, tiendas… En 10 años se calculan 130 millones de dólares en ingresos. La asamblea del club acordó llevar la experiencia a Estados Unidos y a Europa, con la creación de 5 parques temáticos de la misma índole a través de un acuerdo con Parques Reunidos que debería comenzar en un plazo no muy lejano.
La idea es la creación de espacios, cafeterías/restaurantes, dirigidos a acoger aficionados para ver en grandes pantallas los partidos en directo del Barça. Un paso más allá del simple modelo de peñas propiamente dicho, bajo el control directo del club y en el que se pretende comprometer de alguna manera a los deportistas profesionales, ya fuera con visitas personales o comunicaciones. Experiencia Barça con espacios de realidad virtual recreando el Camp Nou y diversos espacios del club.
El modelo de negocio del Real Madrid es algo distinto. Ya anunció la apertura de un parque temático cerca de Macao, en China, mientras tiene en marcha y a pleno funcionamiento los llamados los ‘Real Café’, un modelo similar a los que hace años explota la NBA y que en Dubai y Estados Unidos le funciona muy bien. Se trata de pequeños restaurantes temáticos con grandes pantallas para ver los partidos y tiendas con toda clase de productos del club.
Desde el Bernabéu no se da a conocer el beneficio económico propiamente dicho, pero sí se confirma la validez de la idea, el crecimiento en cuanto a los aficionados y ganancias a todos los niveles.
LA GUERRA QUE VIENE
El apellido del Camp Nou y del Bernabéu, cuyos ingresos deben servir para acometer las mejoras y remodelaciones de ambos recintos, es la gran batalla que se avecina entre los dos clubs.
En Barcelona Josep María Bartomeu anunció en el verano de 2017 su intención firme de firmar antes del verano de 2018 el contrato de patrocinio para dotar de apellido al Camp Nou. En octubre se filtró que una farmacéutica sería la encargada de dar forma a ese megacontrato que le supondría al Barcelona un ingreso de 466 millones de dólares por 30 años… Pero que fue negado por la compañía y que, ahora mismo, se mantiene en el aire.
Desde el Camp Nou se llama a la prudencia, esperando tiempos mejores después de que el atentado en agosto y la enrarecida situación política en Cataluña se entienda como un momento complicado y que puede motivar un retraso en todo el asunto.
En Madrid la situación general puede considerarse menos problemática pero ello no ha motivado que en el club merengue estén más tranquilos. IPIC (International Petroleum Investment Company) rescindió su contrato con el Real Madrid por el que iba a dar al coliseo el nombre de Cepsa Bernabéu, con un acuerdo record de 474 millones de dólares repartidos en 10 años que servirían para financiar las obras de remodelación del estadio.
El Madrid exige el cumplimiento del contrato y se aventura un posible litigio con Abu Dhabi United Group for Development and Investment, la compañía que se hizo con el control de IPIC y que controla el Manchester City.
“Es un paso trascendental y obligado” dejó claro Jordi Farré, candidato en su momento a la presidencia del Barcelona y que ya en 2015 dejó claro que el apellido del Camp Nou es un asunto innegociable en esta batalla mundial con el Real Madrid.
Porque el Clásico no se juega solo en el césped…