BARCELONA -- El Atlético de Madrid, ganador de los últimos seis partidos de Liga y que invicto en los últimos diez le había rebajado más de la mitad de ventaja del Barça en la Liga, salió del Camp Nou con una evidente sensación de vacío. La sensación general de que la liga se definió en este cara a cara.
“La sensación está clara, pero tenemos que pensar en ganar nuestros partidos y pensar que el fútbol es maravilloso porque tampoco está el equipo tan lejos del Barcelona”, convino en un mensaje altamente optimista Diego Simeone, pretendiendo trasladar una realidad que se antoja ahora ya una quimera.
El Barcelona se encomendó a Leo Messi, quien anotó el gol 600 de su carrera profesional, y con una apuesta menos conservadora de lo que podría pensarse, con Coutinho en el césped y Paulinho en la banca, acabó llevándose tres puntos que se adivinan decisivos ante la recta final del campeonato.
A 12 jornadas para acabarse la Liga el Barça de Valverde ya le saca 8 puntos, más el goal average particular, a un Atlético de Madrid que viajó a Barcelona dispuesto a dar un golpe de efecto al campeonato después de su excelente deambular en las últimas semanas y abandonó el Camp Nou derrumbado. Y consciente de que soñar con el título a estas alturas ya es poco más que una quimera.
A las órdenes de Messi y sobreviviendo al golpe anímico que provocó la lesión de Iniesta, el líder respondió a la exigencia que le propuso el partido con buena nota. Escondió el balón cuando lo estimó necesario, se estiró y replegó con buen criterio y, por encima de todo, se entregó al gobierno total y absoluto de un Messi que mostró ser no solo un líder en el terreno de juego, sino, más aún, una continuación del entrenador en el césped.
La que se supone, se sospecha, última aparición de Griezmann en el Camp con una camiseta rival acabó con el francés, otra vez, derrumbado. No pudo marcar, como en todas sus visitas al estadio y lo pagó su equipo, que más allá del discurso optimista del entrenador se quedó con el milagro liguero colgando de un hilo.
Al Atlético, que aún debe en la Liga visitar a Villarreal o Real Madrid, se le acabó el sueño en un Camp Nou lluvioso y en el que Messi gobernó el partido definitivo. Como admitió el entrenador colchonero “la diferencia es que Leo juega en el Barcelona”. Simple…