BARCELONA -- El Camp Nou mantiene sus ojos fijos en Leo Messi, confiado en que el argentino lidere al líder (una vez más) y mira de reojo, sin poder evitarlo, a Antoine Griezmann, el demonio atlético que suma 7 goles en los 2 últimos partidos, conduce la esperanza colchonera… Y será compañero del ‘10’ la próxima temporada.
¿Lo será? Todo hace pensar que el Barça tiene encaminado y hasta sentenciado su fichaje. Falta, únicamente, comunicar al Atlético la decisión de hacer efectivos los 100 millones de euros en que está cifrada la cláusula del jugador francés o, en su defecto, invitar a Enrique Cerezo a negociar en base al trasvase de algún jugador que pueda interesar a Simeone y rebaje el precio. Pero apenas nada hace sospechar que Griezmann sea barcelonista el próximo curso.
El menudo delantero colchonero tiene hasta reservado el dorsal ‘7’ en el camerino del Camp Nou, el que dejó en el olvido ese Arda Turan que pasará a la historia como una de las, grandiosas, decepciones del barcelonismo y, a la vez, uno de los mejores negocios rojiblancos. Nada, claro, hace pensar que Griezmann pudiera repetir esa fatal experiencia.
El francés, de hecho, es visto con los mejores ojos desde el vestuario… Donde más de uno y de dos no comprenden que la directiva de Josep María Bartomeu no atacase su fichaje mucho antes. El Barça no se lanzó en 2016, antes de la Eurocopa, considerando otros fichajes (André Gomes, Alcácer) como más trascendentes para la plantilla y no pudo hacerlo en 2017, cuando su cláusula ascendió a 200 millones de euros en plena sanción al Atlético.
¿Por qué no lo hizo antes? Se preguntan algunos, incidiendo en que pudo cerrarse el fichaje por 100 millones. El silencio en la respuesta no oculta una realidad: Bartomeu no quiso descabezar a un Atlético que no pudiendo incorporar a nadie se habría quedado absolutamente desnudo sin Griezmann.
Griezmann ha disputado 23 partidos contra el Barça, con un saldo de 4 victorias, 5 empates y 14 derrotas. Y le ha marcado 6 goles… Ninguno en los 11 encuentros (5 con la Real y 6 con el Atlético) que ha visitado el Camp Nou. De hecho, como Simeone, al francés se le da especialmente mal el estadio azulgrana, donde ha cosechado 9 victorias y solamente 2 empates.
Aceptando que la marcha de Neymar tomó con el pie cambiado al Barcelona y entonces Griezmann costaba 200 millones de euros, no se entraría a discutir si el francés pudo llegar antes que su compatriota Dembélé. El pasado es pasado y no existe en el Camp Nou deseo de removerlo. Pero la pregunta está ahí.