BARCELONA -- La sucesión de Ernesto Valverde, si el actual entrenador del Barça no sigue en el cargo la próxima temporada, ya es tema recurrente alrededor del Camp Nou. Encontrar a un sustituto que provoque tanto consenso como confianza no se aventura fácil y los nombres de los candidatos se multiplican.
Quique Setién, el último que venció y convenció en el Camp Nou, Ronald Koeman, recompuesto al mando de la selección holandesa y leyenda en el club azulgrana, Thierry Henry, personaje muy respetado y que da sus primeros pasos en el Mónaco, Roberto Martínez, triunfador con Bélgica y que fue relacionado con el Real Madrid tras el despido de Lopetegui, Jurgen Klopp, catapultado en el Liverpool y que significaría una auténtica revolución, Xavi Hernández, el visto como el verdadero sucesor de Guardiola, Òscar García, el mayor defensor del estilo, y Laurent Blanc, ex jugador también azulgrana y con un acreditado paso por el PSG y la selección gala, se situarían en esa relación de futuribles.
El club, aunque oficialmente mantiene inalterable tanto su confianza en Valverde como un discurso continuista, no es ajeno al escenario de un cambio y el área deportiva dirigida por Pep Segura y con Eric Abidal a su vera va dando forma a esa lista de técnicos que pudieran ocupar el banquillo del Camp Nou.
Un entrenador que, bien visto desde el vestuario y con Leo Messi al frente de esa corriente de opinión, mantenga la filosofía futbolística del club, el sistema indiscutible, sea capaz de dar protagonismo al fútbol base sin que ello suponga un perjuicio en los resultados, sea bien recibido por la hinchada y, también, sea capaz de gestionar con brillantez lo que se supone el cambio de etapa en el equipo, entrando en los últimos años de la columna vertebral liderada por Messi y con Piqué, Busquets, Suárez o Rakitic a su vera… No parece sencilla la tarea.
Si la elección de Ernesto Valverde, en cuanto Luis Enrique anunció al club su determinación de abandonar el cargo en el verano de 2017, fue relativamente sencilla para el entonces secretario técnico Roberto Fernández y recibió un visto bueno generalizado en el barcelonismo, la situación ahora se aventura más complicada por todos los condicionantes expresados.
PERFILES
“Hablar de estilo es fácil, llevarlo a cabo, con la exigencia que tiene el puesto de entrenador en el Barça, mucho más difícil” explicó a ESPN un antiguo colaborador del club y que insistió tanto en la dificultad de encontrar el sustituto ideal como en el reto que le supondría al elegido mantener las esencias del fútbol azulgrana.
¿La cantera? “El problema no es del entrenador en sí mismo, sino del club. Se le puede ‘animar’ a dar salida a jugadores del B… Pero por encima de todo se le exigen resultados así que el entrenador lo que hace es arriesgar lo mínimo”, destacó esta misma fuente, recordando que tanto Luis Enrique como Valverde tenían conocimientos suficientes del fútbol base del Barça “pero nadie les dijo cuando ficharon que debían utilizar más a la cantera... Y sí que debían pelear por los títulos”. La explicación parece evidente.
De esta manera, ¿Quién sería capaz de tocar todas las teclas a gusto de todo el barcelonismo? Ganar, gustar, catapultar a la cantera y abundar en el estilo. Más aún, recuperar las esencias de la mejor época de Guardiola.
SEÑALADOS
Quique Setién, entrenador de explosión tardía en la primera línea y que a sus 60 años ha regalado al Betis un estilo tan inconfundible como atrevido y vistoso, se catapultó a partir de la fenomenal victoria verdiblanca en el Camp Nou. Cruyffista convencido, “me habría dejado cortar un dedo por entrenar a las órdenes de Johan”, Setién presenta un currículum escaso tras haber dirigido anteriormente a Racing, Ejido, Logroñés, Lugo y Las Palmas, cumpliendo apenas cuatro temporadas en Primera División y despertando tantas alabanzas como dudas.
Hay quien entiende que le faltaría mano izquierda en el vestuario y dificultad para aguantar la presión que provoca dirigir a un equipo con el entorno que tiene el Barcelona. También se considera que su fuerte personalidad podría chocar con los dirigentes a la vez que no existe la certeza, en absoluto, de que fuera un técnico volcado en dar oportunidades a la cantera.
Thierry Henry dirige desde octubre al Mónaco y su primera experiencia, tras ser asistente de Roberto Martínez en la selección belga durante dos años, no está resultando precisamente un camino de rosas. Derrumbado en puestos de descenso, el ex jugador francés trata desesperadamente de imponer su propia visión a la vez que intenta recuperar el ánimo de un equipo hundido moralmente.
Enamorado sin disimulo de Guardiola, a quien ha elogiado de manera expresa siempre que ha tenido ocasión, Henry conoce el entorno del Barcelona y se entiende que provocaría unanimidad entre todas las ‘facciones’ que dividen al club. Ante quienes le desacredita por sus malos resultados en el Mónaco hay quien recuerda que Rijkaard llegó al Camp Nou tras descender en Holanda con el Sparta de Rotterdam y pone en punto destacado su certera manera de entender el juego después de haberlo vivido en el campo durante tres excelentes temporadas.
Laurent Blanc también conoce el Barça y aunque su experiencia como futbolista se limitase a una temporada ya hace dos décadas sufrió al mando del PSG la voracidad del equipo de Messi y tiene bien interiorizado el sistema azulgrana.
Avalado, tal como Henry, por Eric Abidal, Blanc impuso su sello tanto en París como lo había hecho en Burdeos, conquistando la Liga con ambos equipos a través de un juego que, se considera, casaría con lo exigido en el Camp Nou aunque sus críticos recuerdan que dirigiendo al PSG nunca cumplió en la Champions.
El nombre de Ronald Koeman ha aparecido periódicamente y desde hace 15 años relacionado con el banquillo del Barça y ahora regresa al plano. Fue el primer candidato de Laporta, en 2003, pero en aquel entonces dirigía al Ajax, no forzó su salida y acabó llegando Rijkaard al Camp Nou.
Ahora, después de la mala experiencia con que cerró su paso por el Everton, que le despidió en octubre de 2017, recuperó el pulso al frente de la selección holandesa, a la que ha rejuvenecido y dotado de nuevo empuje, lo que le ha recolocado en el escenario.
Perfecto conocedor de la idiosincrasia del Barcelona y discípulo aventajado de la escuela cruyffista, Koeman, se supone, aseguraría el mantenimiento del juego de posición y daría confianza a la cantera… Aunque su posible candidatura tiene algunos detractores por también su fuerte carácter.
Roberto Martínez, catapultado al plano por su excelente labor al frente de la selección de Bélgica, es también visto como un seguidor indiscutible de la filosofía de Johan Cruyff, de la que se declara favorable innegociable.
Con larga experiencia en los banquillos de Inglaterra, su carácter afable es bien considerado alrededor del Camp Nou, tal como su buena relación con los jugadores y su declarado apoyo a los jóvenes. Relacionado con el Real Madrid cuando fue destituido Lopetegui, en su contra, estaría la duda que despierta al trabajar en un club con la presión existente a todos los niveles en el Barça.
La auténtica revolución la personalizaría Jurgen Klopp, quien, de todas maneras, personaliza la candidatura hoy por hoy más improbable por su contrato en el Liverpool. El alemán, que ha demostrado sobradamente su apuesta por la cantera, tanto en Dortmund como en Liverpool, se aleja del molde futbolístico que tanto se repite alrededor del Camp Nou… Pero cuenta con mucho apoyo entre la afición.
Su fuerte carácter e identificación con el equipo, la plantilla y los seguidores le convierten en un técnico de perfil favorable, aunque en el plano del juego apuesta por una intensidad y fútbol de ida y vuelta que, superando incluso a Luis Enrique, rompería, o casi, con un modelo considerado por muchos intocable.
Òscar García es, desde que dejó el club tras entrenar al juvenil en 2011, el eterno aspirante a ocupar el banquillo del primer equipo azulgrana. Es, como Guardiola, el mayor y más irreverente seguidor de la filosofía cruyffista, llevando su apuesta al límite del riesgo y apoyando, sin disimulo, la eclosión de futbolistas jóvenes, como demostró en todos los equipos a los que dirigió.
Con tantos defensores como detractores, el catalán tiene un carácter tan fuerte que provocó que abandonase los banquillos de Brighton, Saint-Etienne y Olympiakos por sus diferencias de criterio con los dirigentes de los tres clubs, lo que provocaría dudas en los despachos del Barça, donde, con todo, se le ve como el entrenador con más indiscutible adn azulgrana.
El último de la lista, el más improbable a corto plazo y a la vez el más esperado por el entorno, es Xavi Hernández… Quien ni comenzó aún su carrera de entrenador. Faro del mejor Barça de la historia, el mediocampista catalán ha dejado patente en todas sus declaraciones que es un guardiolista convencido, que su estilo de fútbol no admite discusión con el juego de posición y que no contemplaría otra opción al frente del equipo.
Excepcional referente de la cantera, se entiende que su apuesta por el fútbol base sería igualmente una realidad palpable, anteponiendo la excelencia del método a la conquista inmediata de títulos. Y eso último, precisamente, provocaría ciertas reticencias en un club donde no se entiende el presente sin la victoria.