BARCELONA -- La presencia o no de Leo Messi en el Clásico copero de este miércoles no se decidirá hasta el último momento, y aunque alrededor del vestuario azulgrana existe optimismo respecto a su alineación, el secretismo y cautela se reparten a partes iguales.
El argentino se quedó el lunes en el gimnasio y fue atendido por los médicos del club, evidenciando una evolución “importante” en el dolor que sufría en el muslo pero manteniendo entonces algunas reservas respecto a la conveniencia de su alineación en el Clásico.
Trascendió que Messi entrenó este martes “con precaución” y bajo la atenta mirada no solo de Valverde, sino, también, de médicos y fisioterapeutas, pendientes todos de sus sensaciones. Las que, en definitiva, provocarán su decisión final.
En el club no se olvida lo sucedido en noviembre, cuando el capitán viajó con la expedición azulgrana a Milán pero, recién recuperado de su lesión en el codo, fue descartado el mismo día del partido frente al Inter en la Champions, una circunstancia que podría repetirse en el Clásico, aunque se estime poco probable.
Valverde reconoció abiertamente que es “poco partidario” de correr riesgos innecesarios pero no será hasta horas antes del partido que decida, en connivencia con los médicos y el propio jugador, si Messi entra en el once inicial o puede hasta ser el jugador a descartar.
Ausente en el Clásico de octubre, Leo solamente se ha perdido cinco partidos frente al Real Madrid desde que debutó en el primer equipo azulgrana en 2004. Motivado especialmente contra el gran rival, será él, personalmente, quien solvente si está en condiciones de jugar.