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Griezmann puede elegir club, pero Barcelona tiene el cebo de Messi

Antoine Griezmann tendrá muchos pretendientes ahora que ha anunciado su salida de Atlético de Madrid este verano: Manchester United hizo un gran esfuerzo por ficharlo en 2017, pero ahora lo necesita más que nunca, y también potenciaría las chances de PSG, Juventus, Bayern Munich y Real Madrid, sin duda alguna.

Aunque mires con escepticismo al hombre que estiró la saga de "¿Se va o no?" por una eternidad el año pasado antes de usar el ridículo video "La Decisión" para anunciar que no se iría a ningún lado, hay que comprender por qué los clubes más importantes del mundo harán fila ahora que el campeón mundial francés está en el mercado.

Sin embargo, sería una gran sorpresa que su destino final no sea Barcelona.

Si bien Bayern necesita un socio a corto plazo y un reemplazante a largo plazo para Robert Lewandowski, y United está buscando sangre nueva tras la decepción de Alexis Sánchez, cuesta creer que estos clubes sean prioritarios para Griezmann. Lo mismo va para la Juve que, a pesar de su dominio en la Serie A, no parece equipada para ganar la Champions League y podría encarar un verano agitado ya sea que el entrenador Massimiliano Allegri se quede o se vaya.

Clubes de la talla de Arsenal, Chelsea, Inter y PSG ciertamente podrían presentar sus motivos para incorporar al brillante, trabajador y ambicioso jugador francés, quien, hasta que anunció su salida, era muy querido en Atleti. Pero Barcelona ofrece un paquete especial.

Si los catalanes están dispuestos a depositar los €130m que figuran en su cláusula de rescisión el 1ro de julio y convencen a Griezmann de rechazar otras ofertas, entonces Messi es la joya de la corona.

Jugar junto a quien podría describirse como el mejor futbolista de todos los tiempos, aprender de él, beneficiarse de su generosidad y acompañarlo al podio para levantar un trofeo tras otro -- bueno, es el sueño de todo futbolista de primer nivel, no solo de alguien como Griezmann.

Luis Suárez ha sido el mejor socio de Messi por varios motivos. El hambre, el compromiso ganador implacable, la amenaza adicional de gol, y el juego del centro delantero uruguayo complementan la necesidad del argentino de colarse por los espacios que se abren cuando un número nueve tiene la pelota.

Suárez es un amigo realmente intuitivo, generoso y genuino para Messi, pero ya tiene 32 y los años no vienen solos; hace tres años y medio que no logra convertir de visitante en la Champions League, lo cual, además de ser atroz, es un indicio de que las cosas no volverán a mejorar en ese frente.

Yo diría que en no más de un año Suárez se sumará al Inter de Miami de David Beckham. No le ofrecerán un nuevo contrato, y las excelentes condiciones que mostró en el fútbol local esta temporada no quieren decir que no haya espacio para que alguien pueda desafiarlo, y eventualmente reemplazarlo.

La forma en que Griezmann alimenta a Diego Costa, Álvaro Morata, e incluso a sus compañeros del seleccionado francés, indica que podría encajar muy bien con Messi. Otros lo han intentado con diferentes grados de éxito y fracaso, pero todo indica que el eje Messi-Griezmann sería perfecto.

De no haber sido por su "Decisión", ya podrían haber jugado juntos esta temporada. El verano pasado, su gran amor y lealtad por su casa, el Atleti, el Metropolitano, por su amigo Diego Godín y Diego Simeone le impulsaron a rechazar un pase al Camp Nou.

Barcelona había susurrado cosas dulces al oído de la representante de Griezmann, su hermana, y recién cuando Atleti triunfó en la Europa League, cuando Godín le recomendó ser prudente, y cuando los hinchas entusiastas del Atleti le demostraron la ira que se desataría con su partida, el delantero decidió abandonar sus planes de irse al norte.

Pero el néctar de las súplicas de Barcelona no desapareció. Atleti habrá terminado segundo en La Liga esta temporada, pero su humillación en Turín contra la Juve, la eliminación de la Copa del Rey en manos del (ahora) descendido Girona y la clara evidencia de que Los Colchoneros están en declive o bien encarando un enorme período de renovación --o ambos-- fueron factores importantes para el ambicioso francés.

El hecho de que Godín se va este verano al Inter de Milán de la Serie A no es una coincidencia. Él era el mentor de Griezmann y su inminente ausencia quitó un ancla, algo que ataba al delantero a un club que, francamente, tiene las mismas chances de pasar un par de temporadas sin conquista alguna, o de que Simeone y el Mono Burgos pongan las cosas en orden con un gran verano en el mercado de pases y un poco de magia en la conducción a partir de julio.

Tras haber probado el sabor de la gloria mundialista el verano pasado, de haber ganado la Europa League y mirado a Barcelona pegar en el palo de la Champions League otra vez, creería que, si Griezmann aún no está totalmente convencido de pasar al equipo blaugrana, entonces (a) lo estará pronto, y (b) rodarán cabezas en las oficinas del Camp Nou si lo pierden otra vez.

Barcelona ha hecho malabarismos para incorporar jugadores en el pasado, claro. En el verano de 2006 se pasó casi todo el año convenciendo a Thierry Henry, al Arsenal y a los representantes del campeón mundial francés de que tenía que ir al Camp Nou. Pero por la forma en que su equipo de aquel entonces, Arsenal, perdió la final de la Champions League 2006 contra Barça, Henry, en su furia, rompió el acuerdo preliminar.

Un año más tarde, cambió de parecer. Henry llegó de la Premier League, tardó una temporada en aclimatarse y, tras la llegada de Pep Guardiola como entrenador, desempeñó un rol clave en el primer triplete de Barcelona, que culminó con el título de la Champions League en Roma contra Manchester United.

Henry tenía 29 años en ese momento. Griezmann tiene 28, y debe ser un factor clave en los cálculos de Barcelona que el francés no sólo tiene la edad indicada, sino también la mentalidad y el talento adecuados. Es un jugador con hambre de copas más grandes, y tiene un estilo que podría encajar con Messi. Seguramente perdonarán la vergüenza del verano pasado si la Champions League vuelve al Camp Nou la próxima campaña.

Y creo que para Atleti es un "adiós" sin "hasta luego". Los hinchas del club no se toman bien que sus héroes se vayan de otro modo que el de Godín -- retirado tras el honorable cumplimiento de su deber, a otro país, con la sensación de que no hay otro lugar más especial que el campo de entrenamiento de Majadahonda o el Estadio Metropolitano.

La traición de Griezmann sólo sería peor si decide cruzar la ciudad y firmar con Real Madrid, como Hugo Sánchez. Pero creo que no haría eso. Real estará en la lista de pretendientes, pero el pase a Barcelona parece perfecto.