Opinión: Cartas desde Barcelona
BARCELONA -- Neymar Jr. quiere volver a casa, el Barcelona sabe las intenciones del crack brasileño y la partida de ajedrez ya comenzó. De momento todo son intenciones silenciosas por un lado, posturas firmes por otro y la pelota botando a un lado y otro mientras entre la hinchada se mezcla la incredulidad con el deseo y el rechazo casi a partes iguales.
Ney pensó, se supone, que sería un rey en París sin atender que la capital francesa se conoce más por la Torre Eiffel que por el PSG y, de pronto, añoró Barcelona, añoró a sus amigos, sus colegas, sus fiestas, su buena vida, la paciencia del club y del entorno, el clima… Todo. Dejó a la novia por otra que supuso más despampanante y cuando comprendió su error quiso, quiere, dar marcha atrás.
Y queda por saber qué piensa la novia abandonada. Más aún, saber su reacción y su forma de actuar con todo ello. Pero lo que sí se sabe, es un secreto a voces, es que el amor no podrá ser ya nunca el mismo. La herida puede cicatrizar, quizá, pero nunca desaparecer del todo.
De momento, el Barça, oficialmente, no se da por enterado de los deseos del brasileño y con ello gana tiempo, un tiempo que no pierden los aspirantes a presentar candidatura a las próximas elecciones.
Si Víctor Font fue claro al afirmar su contrariedad por el regreso del brasileño, Joan Laporta tampoco se anduvo por las ramas, coincidiendo ambos en que el club debiera estar por encima de personalismos y que, en este caso, la forma en que se marchó Ney es motivo suficiente para no plantear una posible vuelta.
Hoy por hoy, con todos los condicionantes posibles, el retorno de Neymar se contempla bastante improbable en el club, donde solo parece existir unanimidad en que la primera premisa, imprescindible e innegociable, sería escuchar al brasileño disculpándose con el barcelonismo en pleno.
“No por irse, sino por la forma en que lo hizo”, se destaca, en una afirmación que, de alguna manera, ya insinuó el vicepresidente Cardoner en la rueda de prensa que ofreció este jueves.
En la sala de juntas, entre la directiva, se adivinan dos posturas contrapuestas porque contra el mensaje de que es un deseo de la plantilla o que es un asunto deportivo, hay quienes sostienen que la figura institucional del club quedaría muy tocada y perdería toda su fortaleza.
¿Quién quiere a Neymar en el Camp Nou? Le quiere Messi, se afirma por más que Leo no haya abierto la boca, le quiere Suárez, quien sí verbalizó que su regreso sería bien recibido y, también se filtra, le quiere la mayor parte de una plantilla a la que no ocupan ni preocupan aspectos sociales, de orgullo ni demás.
“Los futbolistas son egoístas por naturaleza” explica un ex jugador que entiende tanto la contrariedad pública y social como la postura del vestuario, por más que aventure, como muchos, que esa vuelta de Neymar sumada al fichaje de Griezmann amenace con romper el equilibrio futbolístico de un Barça cada vez menos combinativo y más ‘galactizado’.
Porque esa es otra de las cuestiones que aprietan con ganar espacio mediático alrededor del Camp Nou. Con ‘Los 4 Fantásticos’ ¿qué Barça se vería? Y, por cierto… ¿Qué debe pensar Valverde de todo ello?