Fútbol Americano
Jordi Blanco | ESPN Digital 3y

Clásico: A Ronald Koeman no le salió la jugada ante el Real Madrid

Ronald Koeman se la jugó con su alineación. Rompiendo todos los esquemas el técnico azulgrana le dio protagonismo a Pedri, premiando su excelente inicio de temporada, en detrimento de Griezmann, y aventurando un Barça valiente e intenso, que iría a buscar al Madrid en su terreno con la intención de hacer más sangre en la herida de Zidane... Pero la jugada le salió mal.

Ahora es el Barça el que acumula dos derrotas consecutivas en la Liga y, ojo, que ha sumando un solo punto de los últimos nueve en disputa para quedarse en propiedad las dudas que muchos quisieron poner en el vestuario madridista.

El Barça es un equipo en construcción, un proyecto que está en sus inicios y que mezcla instantes excelentes con errores de concepto destacados, que no sabe, no alcanza todavía, mantener una regularidad ascendente en su juego y al que le penalizan de mala manera sus errores en defensa. Ocurrió así con el gol de Valverde que abrió el Clásico, en un desajuste terrible entre el centro del campo y la defensa y en un par de jugadas, ya con el partido roto, al final. Neto, de hecho, evitó que el duelo se acabase antes del minuto 90...

Colocando a Pedri en el campo, le quiso dar prisa Koeman al juego azulgrana, pero en su idea, en el sistema, en el plan general, debía ser Leo Messi quien condujera el juego y las intenciones del equipo. Y Messi, que ya suma seis Clásicos consecutivos sin ver puerta, no fue, ni de lejos, aquel elemento determinante que tantas veces fue.

El Barça pagó el poco peso específico de su capitán tanto como la escasa incidencia de Coutinho o De Jong, el cansancio de Busquets y que Pedri no brillase tal como se esperaba.

Fue Ansu, arriba, por la banda, llegando desde atrás, robando, corriendo y rematando, el jugador que marcó las diferencias en el equipo azulgrana... Pero no fue suficiente para romper los esquemas de un Madrid que no necesitó ser mejor para llevarse una victoria imprescindible para devolver la paz a Zidane.

Sin Carvajal y sin Odegaard, con Lucas Vázquez actuando de lateral improvisado por necesidad, con Casemiro y Fede Valverde juntos en un centro del campo en el que solo debía ser Kroos el creador y con Vinicius lejos de superar a los rivales por velocidad, el Madrid supo habituarse mejor a las circunstancias... Y no dejó pasar la oportunidad en la jugada definitiva del partido.

Sergio Ramos, el verdadero líder del Real Madrid, volvió a ser determinante en el momento de la verdad... Y Zidane respiró tranquilo traspasando las urgencias del Bernabéu al Camp Nou.

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