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Cartas desde Barcelona: Cuando el club está por encima de todo, así sean Messi o Ronaldo Nazario

BARCELONA -- Para Joan Laporta la firma del nuevo contrato de Lionel Messi con el Barcelona era coser y cantar. Aceptar sin pestañear los más de 280 millones de dólares procedentes de LaLiga por su acuerdo con el fondo de inversión CVC, acordar la venta del 49 por ciento del Barça Corporated que tenía sobre la mesa Josep María Bartomeu y que le significaba un ingreso superior a los 250 millones y, cuadrando el círculo, vender el apellido del Camp Nou por otros 300 millones (a cobrar en 30 años). De pronto, de una tacada, el Barcelona obtendría una inyección cercana a los 550 millones de dólares...

Pero el presidente del Barça no está dispuesto a hipotecar el club a largo plazo y, aconsejado también por sus más directos colaboradores, entendió el dicho 'pan para hoy hambre para mañana' como ejemplar para adjudicárselo en primera persona y dijo que no.

El Barça ha vivido al límite durante tantos años que la nueva directiva ha impuesto un freno a la patada hacia adelante del pasado reciente. Bartomeu dejó al club al borde del desastre (una deuda superior a los 1,500 millones de dólares y unas pérdidas de 560 millones el último curso) y Laporta ha resuelto acabar con esta locura. Aunque ello le esté costando, de entrada, un evidente desgaste mediático.

"El Barça está por encima de todos”, proclamó el jueves el mandatario y así puede entenderse que, muy a su pesar, muy a pesar de todo el barcelonismo, decidiera no firmar un nuevo contrato a Messi. Y no es un escenario desconocido en el Camp Nou...

Miércoles, 4 de agosto de 2021: Leo Messi concluye sus vacaciones en Ibiza y viaja a Barcelona dispuesto a firmar su nuevo contrato con el Barça. Todos los medios, todos, dan por hecha la continuidad del astro argentino en el Camp Nou.

Jueves, 5 de agosto de 2021: Todo salta por los aires. Joan Laporta traslada a Jorge Messi la imposibilidad de encajar ese nuevo contrato, sentenciando su salida, y un día después, en una rueda de prensa a cara descubierta explica todos los condicionantes con una proclama indiscutible: "El Barça está por encima de todo. También por encima del mejor jugador del mundo".

UN PRECEDENTE HISTÓRICO
Martes, 27 de mayo de 1997: Ronaldo Nazario proclama, desde la concentración de la selección brasileña en Noruega, su felicidad. "Estoy muy contento porque mi deseo es quedarme en el Barça”, afirma como respuesta a la frase de Núñez, el entonces presidente azulgrana que revela que la continuidad del crack está cerrada "en un 90 por ciento".

Miércoles, 28 de mayo de 1997: Todo salta por los aires tras una jornada frenética. "Les dimos todo lo que querían, pero ellos ya estaban de acuerdo con otro club”, denuncia el mandatario, quien pocos días después, en plena tormenta mediática, sentencia: "El Barça está por encima de todos".

Tan distintos y tan cercanos, de forma inverosímil, Joan Laporta, quien en aquel 1997 comenzó a liderar la plataforma opositora Elefant Blau que desembocaría al cabo de tres años con la dimisión de Núñez, ambos personajes a su manera dejaron clara con 24 años de diferencia la necesidad de asegurar la viabilidad futura del Barcelona. Y en 24 horas frenéticas, de un día para otro, resolvieron la marcha de los dos líderes futbolísticos del momento.

No, obvio, no es lo mismo Ronaldo que Messi. El brasileño apenas si jugó una temporada, inolvidable, en el Barça mientras que el argentino permaneció durante veinte años en el club, estrella los últimos quince y líder absoluto, indiscutible y monumental, desde 2008.

El fondo, sin embargo, guarda similitudes indiscutibles y muestra, más allá de críticas y dudas, la firmeza del presidente del Barça, Joan Laporta, en anteponer lo que entiende intereses del club por encima de cualquier cuestión populista o mediática.

A partir de aquí es evidente que el futuro inmediato del Barça no es el más halagüeño... Pero, quizá más importante, se salva el futuro a largo plazo.