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Atlético-Barcelona: el partido del morbo donde Suárez puede echar a Koeman

Luis descolgó por última vez la remera de su locker. Tomó la bolsa con los zapatos y antes de salir se abrazó con los funcionarios. Con los ojos vidriosos subió a su vehículo y se marchó del club. Aún quedaba otro nudo en la garganta: su esposa y sus hijos. Comunicó la noticia y no pudo contener las lágrimas. Había sido despedido de Barcelona, el equipo de sus sueños.

El técnico holandés de Barcelona, Ronald Koeman, se desmarcó enseguida: “Parece que yo fuera el malo de la película, pero no es así. Desde el primer día, desde la llamada, he demostrado tener respeto por el jugador y por la persona que es. Y él ha entrenado al máximo mientras que estuvo aquí. Siempre le dije que si se quedaba tendría complicado jugar, pero si se quedaba, sería uno más”, expresó en setiembre de 2020 en conferencia de prensa.

Y agregó: “Es una decisión del club. Antes de firmar mi contrato, el club ya tenía pensado cambiar cosas y yo he apoyado esa decisión. No ha sido una decisión solo mía como entrenador, sino que se ha intentado cambiar el equipo y ya se ve que hay mucha gente joven. Luis y yo nos respetamos y hablamos abiertamente de su futuro. Ahora ha tenido la oportunidad de irse a un club como el Atlético, así que le deseo toda la suerte del mundo”.

Pero, el Luis que dieron por terminado en Barcelona, volvió a resurgir de sus cenizas en Atlético de Madrid. Es que el Pistolero tiene esas cosas. Como el boxeador que se levanta cuando parece imposible, Suárez ganó LaLiga con los Colchoneros.

El tiempo transcurrió para ambos. Por un lado Suárez disfrutando de su nuevo club y por el otro Koeman sufriendo con un Barcelona que terminó perdiendo a su pieza más emblemática: Lionel Messi.

De cara a la nueva temporada el club catalán entró en crisis y Koeman comenzó a ser mirado de reojo. Su cargo está en tela de juicio al punto tal que aparecieron varios nombres en los medios de prensa, entre ellos el del argentino Marcelo Gallardo, como su posible sucesor.

Vistas las cartas, este sábado Atlético Madrid recibe a Barcelona con Koeman al borde del precipicio. ¿Y quién puede darle el último empujoncito? Suárez.

La situación le pone al partido un morbo especial. Luis se puede cobrar venganza.

“Es el destino... El destino está marcado por diferentes circunstancias”, expresó el salteño en el diario Sport y adelantó que, en caso de marcar un gol, no lo va a gritar.

Suárez tiene clara la situación que vive Koeman, como lo reveló en la nota exclusiva con ESPN, pero dijo que no le importa el rival que tendrá enfrente.

“Soy un jugador al que le encanta esta profesión. Me dedico al 100% o al 150% a la camiseta que llevo en este momento. Luché muchos años por el Barcelona con orgullo, incluso me hice hincha del club, pero ahora lucho por el Atlético de Madrid, que me abrió sus puertas después de la forma en que salí del Barcelona, y lucharé por ellos hasta que ya no pueda porque me siento feliz, amo mi trabajo y no me importa qué oponente tengo frente a mí”.