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Argentina e Italia dominan la Copa América y la Eurocopa por una razón mucho más potente que sus últimos títulos

Los argentinos e italianos son mayoría en la Copa América y en la Euro ESPN.com

"Un argentino es un italiano que habla español", dice un refrán popular. La herencia itálica ha forjado durante los siglos XIX y XX la identidad cultural de las principales urbes argentinas. Aunque los conquistadores hayan sido realistas españoles, en el Río de la Plata y en otras ciudades de este país, la "madre patria" es Italia.

Los puntos de contacto entre ambos países son profundos y diversos. Van desde la manera de hablar y expresarse hasta los hábitos gastronómicos y las costumbres familiares. En una zona de América en la que los pueblos originarios fueron perseguidos y exterminados durante las décadas anteriores y posteriores a los procesos de independencia, las comunidades se nutrieron de los migrantes para desarrollarse. Y desde Italia llegaron las mayores oleadas durante más de un siglo.

Uno de los puntos de contactos más fuertes entre ambos países es el fútbol. Porque Italia y Argentina son dos de las naciones más importantes del planeta si de esto se habla. Tanto que cuesta encontrar otras dos que resistan la comparación. Sus pueblos lo viven como un rasgo fundamental de sus identidades. Como algo mucho más importante que un simple deporte. Para ellos, es una forma de relacionarse, de expresarse y de motivarse. Por eso han sido potencias incuestionables desde la creación misma del juego.

En esa intensidad para vivir del y por el fútbol está una de las razones que explican su trascendencia histórica. Habrá más, desde luego, pero su capacidad para convertirlo en algo realmente significativo explica buena parte de su éxito. Porque Italia y Argentina son los países que marcan el paso en cada uno de sus continentes. Son la tierra de la que brotaron los talentos más grandes y también los pensadores más lúcidos.

La Albiceleste y la Azzurra llegan a la Copa América de Estados Unidos y a la Eurocopa de Alemania como campeones reinantes, pero su aporte hoy excede el resultado de las últimas ediciones. Porque además de ser los defensores de las coronas son los que marcan el paso en el resto de los equipos, porque sus entrenadores son amplia mayoría en cada uno de los torneos.

La hegemonía táctica de Argentina e Italia en Copa América y Eurocopa

De los 16 seleccionados que jugarán la Copa América, siete tienen técnicos nacidos y criados en Argentina. En tanto, de los 24 que disputarán la Eurocopa, cinco lo hicieron en Italia. ¿Casualidad? De ninguna manera. En estos tiempos, la elección de un seleccionador no se hace de forma ligera. Las federaciones nacionales contemplan variantes de todo tipo con herramientas de alta tecnología. Entonces, que busquen líderes de estas nacionalidades indica que allí están los más capaces.

En Copa América el fenómeno no es nuevo. Ya en la edición 2021 hubo cuatro argentinos. Ahora, los protagonistas son 7 profesionales de edades, historias e ideas muy diferentes, pero con la ventaja que otorga haberse formado en las canchas argentinas. Y con apellidos italianos, claro.

En la lista de italianos que estarán en la Eurocopa también se aprecia la diversidad. Técnicos ya consagrados, con muchos años de trabajo y abordajes más tradicionales comparten con jóvenes con ideas novedosas y menos experiencia.

Tradición y modernidad. En Argentina e Italia saben bien cómo hacer convivir los valores de siempre y la intuición natural con modalidades de trabajo actuales. Lo resumió bien Carlo Ancelotti, un referente ineludible de la dirección técnica de todas las épocas: "Yo miro el partido y después leo los datos y el análisis de video. Si me muestran lo mismo que vi yo en la cancha, entonces les hago caso".

Los técnicos argentinos e italianos que estarán en Copa América y Eurocopa

Spalletti y Scaloni conducirán a los campeones. El primero tiene 65 años y una trayectoria de tres décadas. El segundo recién cumplió 46 y debutó como técnico hace poco más de seis años. Sus orígenes y sus carreras son bien diferentes, pero ambos son dueños de un prestigio incuestionable y representan con orgullo la identidad futbolística de su país.

  • Lionel Scaloni ha logrado aquello que parecía imposible: trascender los legados de César Menotti y Carlos Bilardo y anotar su nombre entre ambos como campeón del mundo. Lo hizo en silencio, con trabajo y sin estridencias. Forjó su idea a partir de una premisa: "juntar futbolistas de buen pie". Una búsqueda simple y al mismo muy cara al imaginario de su país. Creó una figura de entrenador sobrio, casi de otra época. Poco apegado a las costumbres marketineras de estos tiempos y dueño de un discurso cristalino y nada cientificista, ya está en la galería de grandes DTs sudamericanos de todos los tiempos. Y recién empieza.

  • Luciano Spalletti también consiguió algo tan difícil como valioso: sacar campeón a Napoli por primera vez en la era "post Maradona". Ya había formado equipos muy recordados, como Udinese entre 2002 y 2005 y Roma entre 2005 y 2010, pero lo hecho la temporada 2022/23 al mando del cuadro napolitano fue el premio definitivo a una carrera muy sacrificada. Su concepción respeta varios conceptos de la histórica línea de juego italiana, con una necesaria vuelta de tuerca actual. Juego físico y vertical, orden, dinámica y compromiso.
    Además, en los últimos días recibió elogios de uno de los númenes del calcio, Arrigo Sacchi: "Lo que más tranquilidad me da es la presencia de Spalletti. Es un gran entrenador, capaz de dar juego y estilo a sus equipos, como lo demostró con Napoli. Estoy seguro de que él habrá intentado transmitir sus valores y principios futbolísticos. Italia debe jugar, moverse y pensar como colectivo. Estoy convencido de que Spalletti es el hombre adecuado".

  • Domenico Tedesco es casi lo opuesto a Spalletti y a Scaloni. Tiene 38 años, nunca fue jugador profesional, vivió casi toda su vida en Alemania y solo cuenta un título en su carrera: una Copa de Alemania con RB Leipzig. En la Euro tendrá el primer gran desafío de su carrera al mando de la Selección de Bélgica, de la que se hizo cargo el año pasado. Tedesco no es el italiano gritón y apasionado de las caricaturas. Es un políglota estudioso con más disciplina alemana que intuición italiana. De todos modos, afirmó que sus principales influencias son Marcelo Lippi, Fabio Capello y Antonio Conte.

  • Hablar de Marcelo Bielsa siempre representa un desafío. Es una personalidad inabarcable. La profundidad de su concepción futbolística es única y su legado es difícil de dimensionar. Es un director técnico con pensamiento bien argentino, sí, pero no se lo puede reducir a eso. Bielsa es Bielsa. Es antes que nada, un estudioso. Quizás su principal virtud sea su capacidad para conocer el fútbol y, con el fútbol, conocer a los hombres. Dejó un gratísimo recuerdo en la Selección de su país y en la de Chile. Ahora dirige a la de Uruguay y ya formó un equipo con una fisonomía clara: ataque por sobre cualquier otra búsqueda.

  • Vincenzo Montella es un nombre reconocido. Fue un delantero de primer nivel y tuvo una destacada trayectoria en la Selección de Italia. Como director técnico tuvo un muy buen paso por Fiorentina y ya lleva más de diez años de carrera. En la Euro estará al mando de Turquía, adonde llegó hace menos de un año. Un rasgo muy marcado de su identidad como DT es la búsqueda de la creación de una mentalidad ganadora: "Prefiero contar con un futbolista menos bueno técnicamente pero mucho más motivado". Como Spalletti, tiene en Sacchi a uno de sus máximos referentes y ve en su AC Milan de los noventa un modelo a seguir.

  • Ricardo Gareca también eleva la importancia del aspecto mental. El argentino que dirigirá a Chile en la Copa América se formó al lado de un motivador nato como Héctor Veira y a partir de esa experiencia forjó su método de conducción. Gareca tiene la sensibilidad que siempre se le elogia al DT argentino. Sabe como tocar las fibras más íntimas de los futbolistas y cómo sacar su mejor versión a partir de la estimulación psicológica. Así logró cambiar la historia del seleccionado peruano y ahora quiere repetirlo en la Roja.

  • Francesco Calzona casi no tiene historia como futbolista profesional. Llegó al cuerpo técnico de Maurizio Sarri cuando trabaja en el profundo ascenso italiano y junto a él creció. Fue su asistente durante más de 15 años y su filosofía está anclada en la de Sarri, la de uno de los técnicos italianos más destacados del siglo. Recién se separó de él en 2020 y en 2021 trabajó en Napoli con Spalletti. Hoy dirige a Eslovaquia y tendrá su primer gran desafío en soledad.

  • Néstor Lorenzo es uno de los discípulos de José Pekerman que estará en la Copa América. Tiene un pasado como defensor mundialista (disputó la final de la Copa del Mundo de Italia 1990) y fue dirigido por Carlos Bilardo. Él y Pekerman tienen miradas casi opuestas, pero ambos practican un argentinismo inocultable, lo que enriqueció las influecias de Lorenzo. Tuvo un impacto positivo inmediato en Colombia y llega como candidato a ganar el torneo.

  • Marco Rossi jugó casi 20 años en diversos países. Como Calzona, conoce a la perfección las canchas del ascenso de Italia y en esos exigentes escenarios creció como DT hasta llegar a la Selección de Hungría. Lo que más se le destaca es su habilidad táctica y su capacidad para gestionar con eficiencia el orden y la estrategia. No hay nada más italiano que eso.

  • Fernando Batista también trabajó con Pekerman y llegó al seleccionado de Venezuela por su mano. Además, surgió de la cantera de Argentinos Juniors, una de las cunas más prestigiosas del fútbol Argentino. Allí se encuentran sus ideales, bien sensibles a la cultura futbolística nacional: pelota bien jugada, ataque y libertad para los más talentosos. También tiene altas expectativas en la Copa.

  • Paraguay ha elegido técnicos argentinos casi siempre desde el suceso de Gerardo Martino. Hoy, el seleccionador de la Albirroja es Daniel Garnero, un ídolo de Independiente que hizo buena parte de su carrera de técnico en clubes grandes de Asunción pero que busca hacer coincidir la forma de sentir el juego guaraní con el conocimiento argentino.

  • Gustavo Alfaro tuvo una larga trayectoria en Argentina. Pasó por clubes de todo tipo. Desde participantes menores de la segunda división hasta Boca Juniors. Es un técnico clásico, que prioriza el orden y tiene un discurso pulido.

Europa y Sudamérica bailan al ritmo de una tarantela y de un tango. Porque Italia y Argentina son las dos naciones más grandes del fútbol mundial. Por éxitos y títulos, sí, pero sobre todo por algo menos cuantificable. Por lo intangible, que siempre es lo que define la historia. Por la innata capacidad de los argentinos y de los italianos para comprender el juego y para transmitir el conocimiento. Esa capacidad que se lleva por la sangre y que vive en los pueblos.