Alemania resolvió en el primer tiempo el triunfo ante Escocia en el partido inaugural de la Eurocopa, pero una jugada en particular fue la que terminó de sentenciar las acciones.
A los 42 minutos, Ryan Porteous cometió una brutal infracción en el área sobre Ilkay Gundogan y, a pesar que el árbitro no cobró el penal en primera instancia, el VAR se encargó de llevar justicia a la jugada.
Tras la revisión se definió el penal y la roja para el futbolista del Watford. Del remate se hizo cargo Kai Havertz para convertir el 3-0.
Curiosamente, el juez del partido, el francés Clément Turpin no sancionó este penal, pero si lo hizo en una jugada previa, donde Jamal Musiala fue derribado en la puerta del área y el VAR rectificó la decisión, ayudando al árbitro a cobrar correctamente el tiro libre.