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Kevin Moscoso, de pensar en el retiro a su primera final con Comunicaciones

El guardameta crema cuenta la historia de la noche en la que pensó decirle adiós al fútbol

El equipo para el que jugaba le adeudaba tres meses de salario y él sentía la necesidad de apoyar a sus padres en el hogar. Tenía 20 años. Fue el momento en el que el guardameta Kevin Moscoso pensó en colgar los botines para buscar la manera de agenciarse de recursos económicos.

A las puertas de disputar su primera final con Comunicaciones, luego de una tremenda campaña, el oriundo de Granados, Baja Verapaz, ahora con 27 años, relata en ESPN Digital esos días nada agradables que marcaron su carrera y su vida.

“He pasado muchos altibajos, muchos momentos en los que consideras otras decisiones, tomar otros rumbos, buscar otro camino. Como en muchas ocasiones de la vida, llega un punto en el que no le ves futuro a lo que estás haciendo y crees que te estás equivocando, sin darte cuenta que estás al borde de los buenos momentos”.

No es fácil ser futbolista profesional en Guatemala. Para llegar a Liga Nacional hay que sacrificarse y de eso Moscoso sabe muy bien. “Hubo un momento en el que yo estaba acostado y pensaba en retirarme. Estaba en un equipo donde no me pagaban, era muy difícil. Pensé que estaba tomando un camino que no era el mío, que no era el correcto. Afortunadamente a los dos o tres meses firmé contrato con Comunicaciones B. Cuando uno está apunto de renunciar es cuando más cerca está de algo grande”, afirma el portero de los albos.

“Jugaba en Segunda División y trataba de hacer lo mejor. La verdad que lo disfrutaba mucho, vivía feliz con lo que hacía, pero las responsabilidades eran cada vez más demandantes. Ya a los 19, 20, años acá en Guatemala debes apoyar a tus papás. Yo tengo cuatro hermanos más pequeños que yo. Para mi papá no era fácil tratar de apoyarme y pensar que tenía cuatro hijos más que también necesitaban colegio, alimentación, vestimenta y todo”.

Es el momento de decidir. El fútbol no da para vivir y pareciera que llegar a un equipo que prometa estabilidad económica es imposible. “Es en ese momento en el que ves… -se entrecorta-, me llega al corazón recordarlo porque, sin menospreciar, yo en estos momentos podría estar trabajando en Estados Unidos, o atrás de una computadora, de una caja”.

“Me senté a platicar con mi papá y le dije: ‘mira discúlpame, pero en este momento no puedo ayudarte’. Yo llevaba tres meses sin cobrar y él me dijo: ‘lucha lo que puedas, esfuérzate, yo haré lo mismo, en algún momento Dios mostrará el camino. Hazlo, pelea hasta lo último’. Sus palabras me dieron fuerza, empecé a luchar más. Jamás imaginé estar donde estoy. Dios ha sido bueno”, relata Kevin Moscoso.

En ese momento de quiebre, cuando dejar el fútbol parecía la mejor opción, aparecieron las oportunidades. Luz al final del túnel. “Se me abre la oportunidad de ir a una prueba a Jocotán y el profe Byron Maldonado me dice que hay pruebas en Comunicaciones. El viernes, o me iba a Jocotán o iba a las pruebas. Me senté con mis papás el jueves, les platiqué, oramos, y tomamos la decisión de ir a Comunicaciones. Gracias a Dios se me abrieron las puertas y acá estoy”.

Pasó por Cremas B, decidió salir del confort y probar suerte en Siquinalá, le fue bien y fue fichado por Cobán Imperial. Después de una campaña sobresaliente la institución crema decidió repatriarlo. Ahora está a las puertas de su primera gran final en el máximo circuito del fútbol guatemalteco. El retiro tendrá que seguir esperando.