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¿Bernardo Silva de lateral izquierdo? Cómo las figuras de la Premier pasaron de jugar 'mucho 4-4-2' a la obsesión táctica

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El sorprendente Brighton recibe al Manchester City, campeón de la Premier League (2:00)

"Las Gaviotas" clasificaron a competencias europeas por primera vez en su historia. El City de Pep Guardiola, flamante campeón de la EPL, piensa en la final de la FA Cup y de la Champions League. (2:00)

El centrocampista del Manchester City Bernardo Silva recordó el momento que transformó su percepción del juego. "Pep Guardiola me convocó a su oficina y dijo: 'Esto es lo que estoy pensando. ¿Estás preparado para hacerlo?' Y le respondí: 'Haré mi mejor esfuerzo'".

El internacional portugués hablaba sobre el plan radical de su director técnico para ponerlo a él, uno de los mejores volantes ofensivos del mundo, a jugar de lateral izquierdo contra Aston Villa en febrero pasado en un partido crucial en sus intentos por alcanzar al entonces líder de la Premier League Arsenal. La primera pregunta: ¿por qué??

"En los últimos años, la posición de lateral izquierdo ha sido de los mediocampistas", explicó Silva a ESPN, como si dijera algo perfectamente obvio. "Fabian Delph y Oleksandr Zinchenko han jugado allí y llegarían a mitad de cancha con el balón. Sin el balón, defenderían un poco más hacia las bandas, marcando a los extremos".

"Defensivamente, supe que sería muy difícil porque no soy un jugador veloz, así que debo proteger mi espalda a la vez que controlo la línea para no jugar con todo el mundo en fuera de juego. Con el balón, Pep quería que yo subiera junto al volante de contención. No esperaba que me pidiera jugar allí, pero lo vi como un gran reto y me gusta estar en esas posiciones, donde aprendes cosas".

El City se impuso 3-1 al Villa. Silva se quedó jugando de lateral izquierdo para vencer al Arsenal por idéntico marcador, lo que llevó al City a ocupar el liderato de la tabla sobre sus rivales por el título. Volvió a jugar en dicha posición durante el empate 1-1 con Nottingham Forest; sin embargo, marcó un tanto para dar ventaja al City: un remate desde una zona central al borde del área, exactamente la clase de posición que habría asumido de haber arrancado el encuentro en el mediocampo.

¿Se imaginan que al ex creador del Manchester United Paul Scholes se le pidiera que jugara como lateral izquierdo, aunque aún se esperara que surtiera su habitual impacto en un encuentro? La selección de Inglaterra ni siquiera fue capaz de conseguir una forma de ponerle a jugar a mitad de cancha junto a Frank Lampard y Steven Gerrard.

Sin embargo, ésta es la era del atleta basado en los datos estadísticos. Cíborgs del fútbol, impulsados por IT (inteligencia táctica), capaces de desempeñar tareas que requieren de pericia analítica: entender la forma del equipo, arreglar y maniobrar a los jugadores durante un partido de alto ritmo y vincular la formación a un estilo de juego concreto. La filosofía característica del fútbol británico de "subir la cancha y a por ellos" ha sido revolucionada. Ya no basta con arremeter contra el rival y confiar en tus mejores jugadores para decidir el partido.

¿Qué ha impulsado este cambio y cómo ha influido en la forma en que los jugadores conciben el fútbol? Varias figuras del pasado, presente y futuro de la Premier League comparten sus impresiones sobre el futbolista obsesionado con la táctica.


Todos quieren ser como Pep

Silva (28 años) creía saber de fútbol hasta que conoció a Pep. "Cuando fiché por el City, no sabía que era esto, por lo que fue difícil para mí", confesó Silva. Con "esto" se refiere a la comprensión fanática que Guardiola tiene por el fútbol: sus planes tácticos, sus exigentes sesiones de entrenamientos. Todos estos factores se combinan para llevar a sus jugadores al límite de sus habilidades físicas y cognitivas.

"No soy el mismo jugador que era cuando tenía nueve, 10 años, cuando empecé en el fútbol profesional", prosiguió Silva. "En el City, jugar en distintas posiciones te hace entender lo que tienes que hacer en distintas áreas de la cancha, haciendo lo que cada posición exige".

Para jugar esta partida de ajedrez de libre albedrío se requiere un reclutamiento inteligente. El interés innato por la estrategia y el aprendizaje son los requisitos indispensables para cualquier nuevo fichaje. "El director deportivo [Txiki Begiristain] elige jugadores que entienden el fútbol y disfrutan de la forma en la que Pep quiere jugar", afirma Silva, que fichó por el City proveniente del Monaco en 2017.

Y cuando juntas almas con sentires similares, creas simbiosis táctica. "Me encanta hablar de táctica con [el defensor del City y la selección de Portugal] Ruben Dias", indica Silva. "Entiende el punto de vista ofensivo y estoy muy interesado en el aspecto defensivo del juego, así que nos complementamos en las conversaciones que tenemos. He aprendido mucho de él".

Silva y Dias se frotan las barbillas mientras teorizan sobre las vicisitudes del fútbol moderno en el Etihad Campus. Es un mundo totalmente distinto al que ingresó el defensa del Derby County Curtis Davies cuando era adolescente en el año 2000.

"Cuando empecé como aprendiz en el Wimbledon, se jugaba mucho al 4-4-2", afirma el zaguero de 38 años, que hizo 172 apariciones en Premier League vistiendo las camisetas de West Bromwich Albion, Aston Villa, Birmingham City y Hull City. "Los defensores defendían y los laterales apoyaban al extremo. Solías tener dos volantes: uno ofensivo y el otro defensivo, pero seguían jugando plano. No había laterales falsos, dobles pivotes ni extremos invertidos".

Davies describe una época más simple, cuando la influencia continental sobre la Premier League parecía una combinación de patatas fritas con mayonesa: un concepto interesante, aunque los británicos estaban conformes con su kétchup y salsa marrón. El fútbol inglés seguía valorando la velocidad, fortaleza y agresión por encima del dominio del balón y la táctica hasta que varios entrenadores extranjeros, como es el caso de Arsene Wenger, empezaron a revolucionar este deporte con nuevas ideas en todos los aspectos: desde la táctica hasta nutrición, acondicionamiento físico y profesionalismo. No fue hasta 2006 (10 años después de la llegada de Wenger al Arsenal) que Davis empezó a percibir un cambio en la labor táctica.

"Mi primera introducción a un sistema de juego estructurado fue con Tony Mowbray en el West Brom", afirma. "Trabajó en la forma del mediocampo y varios movimientos que él quería que hicieran los extremos. Empezamos a ver videos del rival. En vez de solo depender de nuestros mejores jugadores para que pase algo, teníamos una estructura en la que todos aportábamos".

Davies volvió en 2007 a la Premier League con Aston Villa y pasó casi una década jugando en Primera División hasta descender nuevamente al Championship con el Derby, que ahora juega en la League One. Bien sea tercera división o la Premier League, el jugador ha sido testigo del "efecto cascada" de los entrenadores extranjeros, la tecnología y la introducción de la regla del pase al arquero en 1992.

"Todos quieren ser Pep Guardiola", indica. "Hasta en la League One hay cierto esnobismo a la hora de avanzar con el balón. Si estoy en el banquillo, veo a un equipo que intenta jugar desde la zaga. El portero pasará al central y éste al delantero centro. ¿Qué ganaste con esto? Parece que quieres intentar y jugar, cierto, pero tan pronto como el central recibe cualquier presión se va largo".

El análisis de videos ha sido un factor fundamental tras el crecimiento del trabajo táctico, con los entrenadores estudiando las fortalezas y debilidades de la oposición. La información compartida durante las sesiones tácticas de Marco Silva en el Hull City en 2017 sigue incrustada en el sistema operativo de Davies.

"Jugué de central con Silva, pero te podía decir donde nuestro lateral izquierdo, delantero centro y extremo derecho deberían estar en todos los escenarios, porque nos lo habían inculcado", explica. "El Plan A era nuestra base, pero si el rival cambiaba a una delantera de tres, ya sabíamos que hacer porque habíamos trabajado en el Plan B jueves y viernes".

Davies agrega que estas sesiones tácticas iniciaban conversaciones entre la plantilla. "Si soy el central por la derecha y nos enfocamos en su extremo izquierdo en algunos videos, puede que le diga a quien esté jugando de lateral derecho. 'Si se desmarca y es más rápido que yo y tú estás muy alto en la cancha, le retrasaré y mantendré por fuera, así que tienes que recuperar en una línea recta lo más rápido posible".

Esta explosión de teorías tácticas ha alterado la forma en la que Davies ve partidos de fútbol. Ya no es posible desconectar y relajarse. Por el contrario, su cerebro analizará automáticamente la formación del equipo y patrones de juego.

"Cuando era más joven, nunca vi un partido para después pensar: 'Es un excelente equipo en la presión'. Más bien decía: 'Arsenal ganó 4-0. ¿Viste el gol de Thierry Henry?' No me importaba la táctica", afirma. "Ahora analizaré al Manchester City pensando: 'Pep puso a jugar a Bernardo Silva de lateral izquierdo porque será su tercer volante'".

Una comprensión táctica más profunda

El ex canterano del Tottenham Hotspur Matt Wells siempre ha sido un distinto gracias a su "bizarra" fascinación con la estrategia y táctica desde una edad temprana. Las lesiones acabaron con su carrera de jugador a los 20 años y por eso, empezó a incursionar en el entrenamiento. Luego de ayudar a Scott Parker a diseñar los ascensos a la Premier League de Fulham (2020) y AFC Bournemouth (2022), actualmente labora con Ryan Mason en el Tottenham como entrenador asistente en funciones.

Para Wells, confeso discípulo de Guardiola y admirador de otros técnicos como Roberto De Zerbi (Brighton & Hove Albion) y Mikel Arteta (Arsenal), la forma en la que los jugadores hablan y sienten la táctica suele determinarse por el plan de estudios y métodos de enseñanza.

"Debes ser sensible con tu trabajo táctico, especialmente en este país, porque los jugadores más creativos pueden creer que es algo monótono", indica. "Con el pasar de los años, 'el trabajo táctico' se ha dividido en aspectos ofensivos y defensivos, sin oposición durante largos pasajes de la sesión, lo que probablemente no sea demasiado atractivo. Tiene que ser claro e impactante, pero si se diseña bien, también puede ser entretenido".

Con cinco días para prepararse para un partido, Wells utiliza los tres primeros días para analizar distintas propuestas tácticas, "basadas en nosotros y nuestra identidad". Luego, en los dos últimos días, analiza al rival y su posible disposición. Todo ello se hace mediante análisis de videos y entrenamiento sobre la cancha. Finalmente, en el día del partido, comparte con los jugadores para escuchar sus conversaciones.

"Siempre escucho a los jugadores antes del partido", indica. "Es un muy buen barómetro que te indica donde te encuentras como equipo. Si quieres que sean agresivos y presionen alto, puedes oírlos decir cosas como: 'No vayas si sientes que no puedes' o 'Mantengámonos compactos' que son alertas instantáneas. Eso te dice que existe una diferencia importante entre lo que quieres y lo que estás a punto de ver. Del otro lado de la moneda, si reflejan tus mensajes tácticos en las jugadas, es una buena señal de que viven la filosofía de juego".

Los jóvenes jugadores, educados a este nivel de información táctica, podrían aceptar esta clase de entrenamiento con mayor naturalidad, pero ¿cómo responden los profesionales veteranos atrapados entre épocas distintas a las carpetas y presentaciones de PowerPoint?

"La gran mayoría son ampliamente receptivos", indica Wells. "Aprecian la inversión y piensan: 'Tengo sesiones de video personalizadas, me entrenan individualmente y como parte de una plantilla, en la cancha me dan opciones para hacer con el balón y me cuentan las cosas que pasarán en el próximo partido y de hecho, están sucediendo".

Para algunos jugadores, ésta no es solo una oportunidad para aprender y mejorar. Es una oportunidad de explorar ideas. "Los jugadores holandeses que he entrenado no solo quieren saber lo que estamos haciendo, sino también por qué lo hacemos de esta forma", indica Wells. "Disfrutaba conversar con Ryan Babel en el Fulham. Hizo muchas preguntas durante mi primera sesión táctica. Quería debatir y discutir, y esas pequeñas interacciones redundaban en un nivel de entendimiento mucho más profundo".

Criado con una dieta de táctica y análisis

Actualmente, el deseo de lograr este nivel de dominio estratégico es inculcado a los futbolistas desde una edad muy joven en las academias. El delantero del Liverpool Layton Stewart se ha destacado esta temporada en el plantel sub-21 y eso se debe en gran medida a su pasión por el aprendizaje. Aparte de las sesiones de entrenamiento y análisis de video, el joven de 20 años ha tenido acceso a datos relativos al rendimiento.

"Tenemos una aplicación llamada Hudl o le enviamos un mensaje de texto a nuestro analista", afirma. "Le pido información sobre los defensores a los que nos vamos a enfrentar y cómo juegan. Por ejemplo, si voy a los pies y luego corro, quiero saber si me seguirá o se quedará. Me envían los videos pertinentes para que cuando llegue el partido tenga una idea de cómo desbordarlo".

Stewart, que ha sido objeto de comparaciones con los grandes artilleros del Liverpool Michael Owen y Robbie Fowler, empezó a aprender sobre el sistema táctico del primer equipo a nivel sub-14 para asegurarse de que estuviera "en la misma onda" cuando se reportaba a las sesiones de entrenamiento. Después, la idea era intercambiar impresiones con los profesionales para aprender los trucos del oficio. Como delantero, entender la presión ha sido esencial, gracias a los invalorables aportes de Roberto Firmino.

"Él me ha dado distintas ideas sobre cómo presionar al central", explica Stewart. "Por ejemplo, si el balón está en juego y te repliegas, no deberías presionar al central porque podría sacarte del juego. Pero, si persigues un balón largo, es una gran oportunidad para recuperar el balón".

"Luego, si vas a presionar, quieres detener al defensor para evitar que haga lo que quiere. Puedes forzarlos a jugar con su pierna más débil o seguir moviéndote de una forma para evitar que se topen contigo".

Caso contrario al de Davies, 18 años menor que él, Stewart fue criado en medio de información táctica, lo que ha despertado un interés natural en el tema. "Debes estar encendido tácticamente si quieres tener éxito en este entorno", indica. "De lo contrario, te pone en desventaja y terminarás jugando en la Football League. Los chicos deben pagar sus hipotecas así que te meterás en problemas si pierdes a tu hombre en una jugada a balón parado".

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2:43
¿La Premier League dejó de ser una liga competitiva?

El Manchester City acumuló su tercer título de liga consecituvo y apunta a un triplete histórico con la UCL y FA Cup.

Antes de la implementación de los datos estadísticos, los equipos solían confiar en sus mejores jugadores para imponer su voluntad sobre la cancha. Actualmente, la táctica no es el factor que define el resultado de un partido; sin embargo, tal como explica Wells, es el catalizador de todo lo demás.

"El nivel de complejidad se ha disparado y la táctica es vital para dictar el ritmo de un partido, pero una cosa nunca cambiará: el partido se define en ambas áreas", indica. "El equipo que gana es el que juega mejor en el área contraria e hizo un gran trabajo defendiendo la propia".

Esos momentos decisivos se definen gracias a sus mejores jugadores, una verdad contundente que ha perdurado a través de la historia del fútbol. La táctica sólo ha cambiado la forma en la que los equipos avanzan por la cancha y llevan el esférico hacia el tercio final. Y como podría esperarse, ningún plantel lo hace mejor hoy en día que el City de Guardiola, flamante campeón de la Premier League por tercer año consecutivo y que está cerca de conquistar el Triplete esta temporada.

Eventualmente, los analistas estadísticos evaluarán las cifras de esas maniobras ofensivas para identificar patrones que el entrenador buscará anular. Esto, a su vez, impulsará la innovación táctica ya que los equipos propositivos buscarán resolver la compleja interacción entre tiempo y espacio. Se abrirán nuevas fronteras a medida que figuras de la talla de Guardiola y Bernardo Silva desentrañen las interminables combinaciones técnicas que pueden darse en este hermoso deporte del caos.

"Pep sabe que el deporte evoluciona, por lo que no permite que los demás equipos se adapten a nosotros. Cada año intenta crear algo diferente", indica Silva.

"Siempre pensé que, si te va bien, sigues haciendo esas cosas y sigues ganando. Pero él me demuestra lo contrario cada temporada porque nos va bien y hace cambios. Por lo que lo hacemos aún mejor".