Lo había intentado en el primer tiempo y no tuvo éxito, pero en la segunda oportunidad que tuvo no falló: Matheus Cunha metió un golazo olímpico y fue el protagonista de la victoria de Wolverhampton 2-0 sobre Manchester United por la fecha 18 de la Premier League.
El mediocampista braisleño de los Wolves había sido el jugador más destacado de un primer tiempo de vuelo bajo. Cunha fue el más activo, creativo y quien generó más riesgo en esa etapa en la que la niebla sobresalió más que el juego en el estadio Molineux.
Wolverhampton, que llegaba a este duelo del Boxing Day luego de una contundente victoria 3-0 sobre Leicester tras una racha negativa de cuatro derrotas seguidas, fue el equipo que más propuso, aunque sin muchas opciones claras de gol: apenas un cabezazo de Jorgen Strand Larsen que encontró una buena reacción de André Onana y un remate de Nélson Semedo que se fue cerca del palo. Además del primer intento de Cunha de meterla directo al arco desde el córner, algo que le sirvió de ensayo para el magnífico gol que abrió el marcador.
Manchester United acumuló su tercera caída consecutiva -ante Tottenham por la Carabo Cup y frente a Bournemouth por la Premier-, luego del triunfo ante Manchester City en el derbi.
El equipo de Rúben Amorim tuvo muy poca claridad. En la etapa inicial solo generó peligro con un remate esquinado de Diogo Dalot, contestado por una gran atajada de José Sá en el duelo de portugueses, y un cabezazo débil de Lisandro Martínez, el mejor jugador de los Diablos Rojos.
Y esa escasez de juego se acentuó con la expulsión de Bruno Fernandes, quien había sido amonestado en la primera etapa y apenas iniciado el segundo tiempo le dio una patada a Semedo y vio la tarjeta roja. Con la salida del portugués, Manchester United resignó sus posibilidades de crear acciones de riesgo sobre el arco rival.
A la desventaja en cantidad de jugadores le siguió la peor noticia para los Diablos Rojos a los 58 minutos: el fantástico gol de Cunha que dejó sin reacción al arquero visitante, atrapado entre el irlandés Matthew Doherty y el uruguayo Santiago Bueno.
Manchester United ya había sufrido un gol olímpico, cortesía de Son Heung-Min, una semana antes en la eliminación de la Carabao Cup frente a Tottenham.
Y Matheus Cunha convirtió así su décimo gol del campeonato. Diez goles para un jugador que tuvo una actuación merecedora de una indiscutible calificación: 10 puntos para la gran figura del partido.
Para sentenciar la historia, mientras Manchester United intentaba con Alejandro Garnacho, quien ingresó muy tarde en el partido, a los 99 minutos Wolverhampton concretó un contraataque sobre el final: Cunha habilitó a Hee-Chan Hwang y el surcoreano definió en soledad para el 2-0.