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Cómo Jordan Henderson se convirtió en capitán y superó el cáncer de su padre para brillar en el Liverpool

Cuando Jordan Henderson levantó el trofeo de la Champions League el 1 de junio de 2019, el capitán del Liverpool sólo confirmó lo que ya era evidente: llegó a lo más alto.

La carrera de Henderson comenzó como cuento de hadas. El niño jugó para el equipo de su ciudad y su corazón, Sunderland. Ganó prominencia y notoriedad en la selección base de su país y fue a uno de los principales clubes de la Premier League. Solo la vida termina con un cuento de hadas.

En una de sus entrevistas después de ser confirmado como nuevo jugador del Liverpool, Jordan Henderson dejó claro que sus padres eran un pilar para él. El policía y la profesora jubilados observaron sus primeros pasos y criticaron cuando lo creyeron necesario.

Liverpool era un gigante, pero estaba dormido y en crisis administrativa y financiera. Después de la partida de Rafa Benítez y el meteórico paso de Roy Hodgson, el club había vuelto a la legendaria figura de Kenny Dalglish. No quedaba dinero y la prensa, consciente de la situación financiera, encontró extraña la llegada de un chico por algo así como 20 millones de libras. La gran expectativa, generada por los valores, terminó por convertirse en un obstáculo para la camisa 14.

Si en Liverpool, Henderson no era lo suficientemente bueno y no ocupaba el puesto de titular, era una historia diferente en el equipo nacional, donde incluso el cinturón de capitán ya era suyo.

El título de la Copa de la Liga sirvió para aliviar la presión de los aficionados, pero el equipo no llegó a ser competitivo en la Premier League. Kenny Dalglish se fue y Brendan Rodgers se hizo cargo.

La competencia por los lugares era dura y, pensando en no perturbar la estructura emocional de su hijo, Brian Henderson ocultó un cáncer de garganta por un tiempo.

La noticia, según el propio jugador, cambió su vida y su forma de ver el mundo. Si no era posible estar al lado de su padre todos los días, Henderson decidió que haría todo lo posible para aliviar su sufrimiento y jugar para que sus padres se sintieran orgullosos de él.

Lucas Leiva, en ese momento un compañero de club e incluso un competidor en una de parte del campo, vio en los ojos de Henderson la figura de un luchador, alguien que sabía que tenía que trabajar duro para obtener resultados.

Puedes imaginarte lo que pensaron los padres de Henderson cuando vieron a Gerrard pasar el gafete del capitán al No14. Debieron darse cuenta de que la madurez había llegado. Henderson, descrito incluso por el propio Steven Gerrard como un jugador que llegó tímidamente al club, aceptó el reto y se convirtió en el gran líder del equipo. Sin embargo, también es cierto que las actuaciones no fueron del todo convincentes. Tuvo que trabajar aún más duro para convencer y crecer en su profesión.

La llegada de Jurgen Klopp hizo soñar a los fans y el cuento de hadas se escribió de nuevo, hasta la parte en que el caballero va a la batalla con todas sus armas. Henderson, más participativo en el campo, desarmando, demostró ser un jugador más capaz y versátil. Es incuestionable. Madura. Un ídolo y un líder.

El final de la historia: ya están contentos con la Copa de la Champions League levantada por el capitán Henderson. Pero este cuento puede convertirse en una historia más grande. Qué le dirá a sus padres cuando les cuente que sólo él, Emlyn Hughes, Phil Thompson y Graeme Souness, además de la Liga de Europa, levantaron el trofeo de la Premier League.