Yerry Mina fue uno de los mejores en el 1-1 de Everton ante Burnley por la fecha 11 de la Premier League. Impasable, recuperó una de sus mejores versiones en la cancha. James Rodríguez aportó poco y buscó su gol a través de la media distancia.
Bajo la sospecha de un sector de la afición y algunos periodistas, el defensor volvió a la titular en la visita al estadio de Turf Moor. Empezó como el único central en la línea de tres que conformó Carlo Ancelotti con Michael Keane y Ben Godfrey.
A James le costó encontrar su lugar en el partido. Le faltó precisión en la entrega con sus compañeros cerca y asumir más el manejo de la pelota mientras Everton estuvo en desventaja. La presión alta del rival lo dejó con pocos espacios. Además se vio en dificultades para ayudar a contener los avances desde el mediocampo del local.
Al final del primer tiempo, Yerry se acomodó a la línea de cuatro a la que cambió su equipo por la lesión de Fabian Delph. Ahí creció su nivel. Anticipó en todos los duelos a Chris Wood y se impasable para Dwight McNeil. En el final le sacó una limpia a Ashley Barnes.
En tanto, James subió su rendimiento en el segundo tiempo. Participó más del fútbol ofensivo y buscó su gol con un zurdazo que el portero Nick Pope sacó al tiro de esquina en una atajada exigida. Pisó el área como media punta, pero la defensa lo cubrió bien cuando tuvo perfil de remate. En tiempo de adición asistió con maestría a Sigurdsson en el último intento por la victoria.
El empate deja a Everton séptimo con 17 puntos. Volverá a casa el próximo sábado 12 de diciembre. Recibirá a Chelsea y por primera vez tendrá hinchas en sus tribunas en esta temporada.